Ulltimamente, cada vez más, tengo la sensación de que fluir con los dilatadores, es como bailar de manera armónica con alguien.  Para ello se deben conocer los pasos, se debe haber entrenado mucho y debe haber un perfecto entendimiento con nuestra pareja de baile. Solo tenemos que poner un video en nuestro móvil, dejarnos llevar por la música y por la magia que se produce al ver a dos personas bailando, deslizándose por la pista, con seguridad y con energía contagiosa. Además, cuando alguien hace algo muy bien, los que contemplan ese resultado, se inyectan de deseos de mejorar, de llegar también a la excelencia. Porque la excelencia sería no conformarse con hacer algo bien, sino llegar a conseguir hacerlo muchísimo mejor.  Recuerdo cuando hice la formación de PNL (Programación neurolingüística) que me llamó mucho la atención este apartado de ¿por qué te apuntas a este curso si en realidad te va todo muy bien en la vida?  Y la contestación era “Sí, pero quiero que aún me vaya mejor”. Ahí empezó a cobrar sentido para mi el tema de la excelencia, el entrar en ese círculo dorado, habiendo mejorado al límite nuestras habilidades y sobre todo una de ellas. 

Veo muchos bailes de mis pacientes con sus dilatadores.  Al principio van inseguras, con miedos limitantes, con cierta desconfianza sobre dónde serán capaces de llegar y poco a poco, consiguen entender el entrenamiento, hacerlo suyo e incluso disfrutarlo. Aquí vuelvo a referirme a la PNL, recordando otra de las frases que más me marcaron que es “No tengo ni idea de lo que sucederá, pero tengo una gran curiosidad por averiguarlo”. Esa actitud es magnífica para comenzar cualquier tipo de proceso que represente un reto importante.  Nos enfrenta a él con buena disposición, con alegría y como dice esa frase, con curiosidad.  La curiosidad es contraria a la apatía, al miedo y nos da un plus de interés.

Imaginemos el comienzo del tratamiento del vaginismo, con estas frases delante de nuestros ojos. “Quiero conseguir la excelencia. No tengo ni idea de cómo será, pero tengo una gran curiosidad por averiguarlo” Hay un fuerte deseo y a la vez una aceptación sin juicio, con una absoluta esperanza.  Luego, el resultado será óptimo, seguro.

Pero volviendo al baile, que es una visión que tengo últimamente, si pensamos en esa pareja del video que nos fascina, con esos pasos en común, podemos observar también que en momentos se acercan y en otros se separan, pero siempre siguen unidos por una mano, que les vuelve a acercar.  Saben que incluso separados, siguen juntos y se lo demuestran en pocos segundos. Imaginemos que una mujer nos cuenta su entrenamiento de la semana y suena así: “Ya estoy en el tercer dilatador.  Empecé el lunes haciéndome masaje, con aceite y el dedo, en la entrada durante un par de minutos e inserté el primer dilatador con lubricante de gel al agua.  Hice rosca, cruz, lo metí y saqué un poco varias veces y lo dejé un par de minutos sin mover. Lo saqué y de nuevo repetí el masaje con el aceite y el dedo, puse el dilatador número dos, de la misma manera.  La sensación es muy cómoda, no me molesta para nada. Después volví con el aceite y el masaje y presenté el dilatador número tres a mi vagina, dejándolo en la entrada un par de centímetro, haciendo el método pausa (no entra más pero no me lo saco) y esperé tranquilamente unos minutos, hasta que entró. Lo estoy consiguiendo y creo que mi camino será corto.  Mi cuerpo entiende el proceso y respeto los tiempos y las sensaciones.  Cuando estoy cerca de la regla, no me exijo, pero tampoco paro del todo.  Quiero acostumbrarme a que mi cuerpo pueda sentir diferentes sensaciones dependiendo también de cómo se siente, en el ciclo mensual”. Para mí, este es un baile fluido, en todos los aspectos. Lo siento de una manera armónica, ligera, sensual.

¿Cómo es un baile entrecortado, no fluido?   Sería algo así. “Hola Pilar, me sigue molestando muchísimo el masaje en la entrada.  Puedo introducir el dilatador número uno, pero no del todo.  El segundo, no puedo con él. No sé qué me pasa, pero creo que no avanzo.  Me sigue doliendo todo mucho y me sigue molestando la dilatación incluso con el número dos. Hay una pared que no me deja avanzar. He intentado poner el vibrador en la entrada, pero me incomoda muchísimo.  No sé qué me pasa, creo que no lo voy a conseguir” Si pasamos este relato a una danza, para nada sería fluida, armónica, distendida.  No se están compenetrando esos dilatadores con la bailarina.  Hay bloqueos, dudas, interrupciones. Los pasos so n entrecortados, incluso se pisan los pies el uno al otro.

¿Qué diferencia hay entre el primer baile y el segundo? La primera bailarina ha captado perfectamente el método. Está disfrutando de su baile. Ha seguido fielmente el Cuaderno de la Vaginista.  Tiene una actitud positiva desde el inicio. Ha practicado a diario. Ha vencido sus creencias limitantes. Se ha propuesto vencer el vaginismo. A la segunda bailarina le falta credibilidad en lo que está haciendo. Tiene mil dudas. No sigue las pautas. No entrena lo suficiente o no como se debe hacer.

Si quieres bailar sutilmente, armónicamente, deliciosamente con tu dilatador, habla conmigo.