Si hiciéramos una encuesta a mujeres con vaginismo, veríamos que un alto porcentaje, por no decir casi el cien por cien, se han visto diagnosticadas por su ginecólogo, de tener un problema psicológico.  Es decir que, según ellos, la causa de su vaginismo, es psicológica. Lo estudiaron así en la carrera, así como los psicólogos y siguen pensando que la causa es totalmente mental.

Las mujeres acuden a su médico, en principio, para ver si están bien físicamente y tal como comenté en podcasts y entradas anteriores de mi web, lo tremendo del caso, es que aún sin poderlas revisar (una mujer con vaginismo no puede ser explorada) le dicen que está bien, que no tiene “nada físico” y por ello la derivan al psicólogo. Es totalmente alucinante.  Cuando les pregunto si las miraron dentro de la vagina, me dicen que no, que por fuera y fue entonces “cuando vieron que todo estaba correcto”.

Para mí, el vaginismo, obedece a una entrada de la vagina muy estrecha, contracturada y que no se ha tenido la habilidad de abrirla.  Digo esto último porque me he encontrado con bastantes casos de mujeres que poco a poco, ellas mismas se han ido masajeando, dilatando y entendiendo el mecanismo oportuno, para librarse del vaginismo, de manera intuitiva. Así mismo, algunos maridos de antaño, me dijeron lo mismo, que, con paciencia y masajes, habían conseguido solucionarlo, aunque fuera al cabo de tres años. Sería estupendo enseñar a una chica joven a entender a su cuerpo, a conseguir dilatar la entrada de la vagina para ponerse un tampón, por ejemplo, en vez de bloquearse ante la imposibilidad y la falta de ayuda. Una contractura se trata a nivel físico y responde perfectamente. Y no solo es en nuestro país que no se enseña nada de sexualidad en los institutos, me han dicho que en los países nórdicos lo que les enseñan también, es a prevenir el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual. Me lo contó una paciente de Noruega y la verdad es que no lo esperaba, siempre había creído que en ciertos lugares iban un paso más allá del nuestro, en estos temas de sexualidad y del conocimiento del propio cuerpo.

Si el vaginismo cede ante la hidratación y la dilatación ¿cómo podemos decir que es mental?  Además, cuando ya está más que demostrado, que solo con terapia psicológica, no se soluciona. Recuerdo una entrevista que me hicieron en la radio, junto a un psicólogo en línia, que me dijo después de mi categórica frase de “el vaginismo es físico” –  “la mente está en todas partes” – Desde luego le contesté, ahora bien ¿puedes decirme cuantos vaginismos has tratado y solucionado? Y me respondió que él nunca se había dedicado a tratar el vaginismo.  Es con cosas como esta que aún me enfado más.

Muchos problemas de salud de las mujeres, no se diagnostican bien, por desconocimiento o por falta de investigación y siempre se atribuyen a la mente.  Cualquier cosa, suelen decir que es debida a los nervios, al control o a la falta de control. En muchas de estas patologías hay menos casos publicados y no tanta dedicación a su estudio, de ahí que los resultados tampoco sean los mejores para servir a la calidad de vida de la mujer y no solo en el caso del vaginismo. No hace tantos años que se tratan las vulvodinias o las endometriosis.  Cuantas mujeres dejaban de ir a trabajar el primer día de regla por dolores insoportables, catalogadas también de exageradas, cuando en realidad tenían una endometriosis.   

He tenido muchas pacientes que hicieron terapia psicológica, sin ningún tipo de resultados para el vaginismo. Recuerdo charlas con ellas diciéndome “me fue muy bien acudir al psicólogo, para muchos campos de mi vida, pero no para el vaginismo.  No lo solucioné y estuve yendo 10 años” o bien otra que me contó “mi psicólogo me ha dicho que nos centremos en mi ansiedad y que cuando lo haya superado, empezaremos a trabajar el vaginismo”. Yo le comenté que a ver si solucionando el vaginismo, se le quitaba la ansiedad. Y así fue, solucionado el problema, dejó de tener ansiedad.  Son por todos estos ejemplos vividos durante treinta años, que afirmo que el vaginismo se soluciona de forma física.  No quiere decir que, si hay alguna razón paralela, se pueda ir al psicólogo, figura ideal para aprender a vivir con menos problemas, de hecho, todos y todas necesitaríamos un psicólogo de cabecera, toda la vida. Ahora bien, mientras se relegue a una patología psicológica, no se solucionará el vaginismo.

Sufrir vaginismo sí tiene un impacto psicológico debido al coitocentrismo. La relación siempre se ha basado en el coito y la mujer ha de estar siempre preparada para satisfacer al hombre.  Es curioso porqué, aunque muchas mujeres tienen claro este concepto, y aún así y sin saber el porqué, se sienten culpables si no pueden tener penetración y complacer a su pareja.  Es tan potente la cultura y el rol de género, que no pueden escapar de sus fauces. Recibo correos, todavía hoy en día, de mujeres llorando diciéndome que tienen miedo de perder a sus parejas, ya que las notan enfadadas y lejanas, por no poder tener sexo con penetración. “Ayúdeme, no le quiero perder” es el ruego final de su correo.

Siempre se ha hablado de recuerdos oscuros en la infancia y que por ello se tiene vaginismo. Una experiencia que me impactó, fue conocer a una mujer que había tenido abusos en su adolescencia y tenía vaginismo. Me lo contó en su primera sesión conmigo y me dijo que estaba convencida de que, aunque no hubiera sufrido abusos, tendría igualmente vaginismo. Esta convicción suya, iba tan en contra de las muchas otras búsquedas para “justificar” el vaginismo, que me marcó para siempre. Recibo pacientes a las que quieren hacer hipnosis porque no recuerdan haber tenido abusos y la terapia psicológica se empecina en buscar una causa. Estas mujeres reciben un fuerte impacto ante este hurgar en su pasado y su cara y ánimo, cambia completamente cuando les dices que es una afectación física y que lo vamos a solucionar.

Ten las ideas claras, si alguien te dice que tu vaginismo es psicológico, en vez de escuchar y dudar, recuerda que no hay ningún estudio científico que lo demuestre, ni buenos resultados solo con esta terapia. En cambio, solucionarlo con fisioterapia se ha demostrado que es siempre efectivo.