Ponerte en contacto con tu subconsciente solo requiere práctica. Lo descubrí en mis cursos de programación neurolingüística y poco a poco conseguí acercarme más a esa parte de mí, que en un principio me costaba llegar. Se requieren unos pasos para programar el subconsciente, que son, las visualizaciones, las sugestiones positivas, vivir aquí ahora, hacer una sola cosa a la vez, parar los pensamientos errantes.
Visualizar los sueños, las metas que podamos tener, es algo muy importante. A los sueños hay que ponerles patas, pues de nada sirve “quiero esto” si no le ponemos fecha, nombre y lo situamos en un contexto clave. Y hay que hacerlo con pelos y señales, es decir, llegar a ver dónde estamos, qué temperatura hace, como vamos vestidos, qué palabras escuchamos y cualquier detalle que enriquezca la situación.
Sugestiones positivas para empoderarnos, huyendo de cualquier pensamiento negativo que nos frene. Podemos recurrir a situaciones vividas anteriormente, como por ejemplo volver a escuchar algo que en su día una persona nos dijo, como por ejemplo “qué bien lo has hecho” o “eres una persona muy válida” o “tiene mucho mérito lo que has conseguido”. Todo ello reforzará la parte positiva que hay en nosotros, ayudándonos a sentirnos fuertes emocionalmente.
Vivir aquí, ahora. Ya sabemos que a menudo recurrimos a los recuerdos del pasado o a los miedos del futuro. No podemos evitar que nos venga un pensamiento a la mente, pero sí que podemos echarle amablemente, para que no se instale demasiado rato. Si nos acostumbramos a vivir en presente, podremos saborear mucho más todo lo que hagamos, percibiendo formas, colores, sensaciones que de otra forma nos pasarían desapercibidas.
Hacer una sola cosa a la vez. Iría un poco en la línea del aquí ahora. Centrarnos en una sola cosa que estemos haciendo, nos va a aportar una seguridad de que lo estamos haciendo bien. Recordemos aquello de que las cosas pueden ser importantes y/o urgentes. Por ello primero optaremos por lo urgente y las importantes, pero no urgentes, pasarán a segundo plano. Una de las frases que más me ha ayudado es la de “tú no te puedes comer un tigre entero, pero sí a trozos”. Cuando me agobio con cinco cosas que debo hacer, me repito lo del tigre y lo voy solucionando por partes, o bien una cada día. Me da tranquilidad y paz.
Parar los pensamientos errantes. Se refiere a esas mariposas que revolotean por la cabeza sin sentido, que van y vienen y que no suelen ser para nada positivos, ni edificantes, que no tienen mucho sentido y que nos marean de un lado a otro, sin llegar a ninguna conclusión. A mí me gusta decirles: “gracias por recordármelo, pero ahora no me interesa”.
Así hemos repasado cinco pasos para aproximarnos al subconsciente. Si lo vamos practicando, poco a poco nos dará frutos. Esa parte de nuestro cerebro, puede darnos respuestas inmediatas a algún problema que tengamos. Nos lanzará pequeñas señales en forma de intuición, que nos van a ayudar en muchas ocasiones. Solemos pensar de forma consciente, pero nos cuesta, quizás, acercarnos al subconsciente. La meditación también va a ser algo que nos acerque. Diez minutos al día, centrándonos en la respiración y aportando paz a nuestro cuerpo y a nuestro espíritu.
Pero lo prometido es deuda. El título de esta entrada era: Visualizaciones que te pueden ayudar en tu entrenamiento para superar el vaginismo. Así que cierra los ojos después de cada pregunta y deja que tu subconsciente responda. Algunas de ellas te pueden dar la sensación de que no sabes la respuesta y es en ese momento que debes recurrir al subconsciente. Algo importante a tener en cuenta, es que las creencias limitantes pueden frenarlo. “No puedo” “yo no merezco” “no sé suficiente para lograrlo” “no me doy el permiso”. Así que, si tenemos creencias limitantes, vamos a tener que trabajarlas y desmontarlas. Una vez que no pudiste con algo, no significa que nunca vayas a poder. Si tienes baja tu autoestima, eres de las que no te das el permiso, porque crees que no eres lo suficiente buena para ello o que todo lo malo siempre te pasa a ti.
Cierra los ojos después de cada pregunta y deja que te venga a la mente la respuesta. Averigua que en cada una de ellas, se cumplan toas las premisas que hemos ido mencionando.
¿Cómo te gustaría que fuera tu tratamiento para superar el vaginismo?
¿Cuánto tiempo crees que tardarás en solucionarlo?
¿Cuánto tiempo diario estás dispuesta a invertir, para lograr resultados?
¿Crees que serás de las que van lentas o rápidas?
¿Qué paso del tratamiento crees que te va a costar más?
¿Estás dispuesta a no pensar en los intentos fallidos y centrarte en avanzar?
¿Por qué crees que no empezaste antes el tratamiento?
Ponle fecha de caducidad a tu vaginismo
¿Cuándo quieres el ALTA?