Creo que con este fragmento de un correo que he recibido, puede quedar bastante claro lo que quiero comentar en esta entrada del blog. “Querida Pilar, hace meses que no te escribo porque he parado el tratamiento. Empecé con infección de orina y después tuve cándidas. Ha sido horroroso porque iban y venían ambas infecciones, así que paré de hacer cualquier cosa, de ponerme incluso lubricante porque me picaba. En estos meses me recetaron fórmulas magistrales con óvulos y creo que fue mucho peor, pues a raíz de eso, tengo la entrada de la vagina que no me la puedo ni tocar de lo irritada que está. Cualquier cosa que haga para trabajar la entrada o la misma vagina, me causa picor, malestar y me noto casi al borde de la infección, así que he decidido no hacer absolutamente nada hasta que todo mejore. ¡Me da muchísimo miedo!!!”
Podemos dividir la problemática de esta paciente en varios puntos que afectan a su salud. Por un lado, tenemos las infecciones de orina y de cándidas, que en realidad fueron el inicio de la parada en el tratamiento. Puede suceder que aparezcan y obliguen a descansar unos días de los ejercicios habituales. En realidad, esto sería durante poco tiempo, en unos días debería estar solucionado. Pero si se empieza con infección de orina y después aparecen los hongos, va a alargar un poco más el proceso. Lo importante es medicarse con probióticos específicos, después de ambas infecciones, con lo que evitaremos su reaparición, porque en realidad no serían nuevas cepas, sino la misma que se tuvo anteriormente. Un caso frecuente es volver a tener cándidas después de la regla.
En el caso de las infecciones repetitivas, las pacientes cogen mucho miedo y se preocupan, tanto de la limpieza, como de la ropa, los productos que usan y cualquier cosa que crean que puede ayudar a proliferar la afectación. Esto supone un profundo estrés en la vida diaria y ante cualquier situación de su relación con el entorno. Cualquier acto que implique tocar la vulva o la entrada de la vagina, queda totalmente prohibido en su fuero interno. Entran en una fase, que afecta a su salud tanto física como mental, que además, en el caso del vaginismo, frena o retarda la ejecución del entrenamiento, para ir solucionándolo y conseguir el objetivo deseado. Tienen miedo. Nos fijamos como en el texto dice “así que paré de hacer cualquier cosa, de ponerme incluso lubricante”. Aprovecho para comentar que el lubricante solo lo debemos poner para ayudar a que los dilatadores y el vibrador puedan deslizarse en la vagina y en cambio el aceite hidratante, nos ayuda con el masaje en la entrada de la vagina, para flexibilizarla, hidratarla y desensibilizar. Cuando nuestra paciente dice que ha parado de hacer cualquier cosa, se refiere claro está, a los ejercicios en general. No se va a introducir dilatadores, no va a hacerse el masaje con el dedo en la entrada, no se va a poner bala vibradora ni un vibrador más grande. Es decir, que para totalmente de trabajar para ganar dilatación y confort, porque cree que eso la va a perjudicar.
Cuando nos dice que las infecciones iban y venían, se refiere a que después de unos días de sentirse más o menos bien, comenzaba a sentir síntomas de nuevo, que predecían una recaída. He conocido a pacientes que después de una sesión de fisioterapia, al llegar a casa, se hacían un test para ver si había cambiado su flujo vaginal y en ocasiones, decían que aparecía la presencia de leucocitos, en la lectura de la tira. Puede ser que suceda esto, pero no quiere decir que siempre esos leucocitos prosperen y den lugar a otra infección, simplemente al haber manipulado la zona, pueden haber cambios. Es importante saber estos detalles, para no andar agobiándose a la más mínima, aunque es del todo normal que quien ha pasado varias veces por ello, tema volver a recaer. Por lo tanto, lo bueno sería tener en cuenta siempre la prevención y continuar con la vida cotidiana, en cuanto se pueda.
Si seguimos leyendo el texto inicial, veremos que nos dice que se ha puesto óvulos de fórmulas magistrales, que incluso empeoraron el cuadro. Puede suceder que algún producto no le vaya bien a todo el mundo por igual y en este caso, se para su aplicación y se tiene en cuenta. Algunas veces las pacientes cambian de hidratante por ejemplo, o bien porque algunos les irritan con forma de picor, o se secan más rápido, según su piel. Se pueden probar otros, hasta conseguir dar con aquel que es agradable y que cumple con sus esperadas funciones, que son las de calmar, hidratar y dar sensación de confort.
Algo que debemos tener muy presente es que cuando hay una irritación que impide incluso tocarse, es probable que se deba visitar a un dermatólogo, para que recete la pomada adecuada. Dependiendo del tipo de afectación, podemos necesitar un medicamento concreto, bien sea reparador simplemente o que lleve substancias como la cortisona. Y algo que hay que tener también presente y esto lo puede ver el ginecólogo también, es que lesiones debidas a un liquen, pueden dar un aspecto de piel muy sensible o blanquecina y en estos casos, está la pomada concreta que aliviará bastante rápidamente. Esto lo he visto también en mujeres que tras un coito o simplemente la introducción de dilatadores o vibrador, notan como un pequeño corte en el centro de la entrada de la vagina y se ha podido solucionar tras el diagnóstico y medicación para el liquen.
Y la frase final “Me da muchísimo miedo” lo resume todo. Esta mujer está paralizada porque no sabe cómo solucionar su problema o no ha encontrado al profesional que haya sabido unir todos los hilos y dar una respuesta de forma global. Mi sugerencia, según las experiencias vividas a través de mis pacientes, sería la siguiente. Si estás haciendo tratamiento para el vaginismo y debes parar varias veces o durante bastante tiempo por culpa o a causa de infecciones repetidas (bien sean de orina o por cándidas) ten en cuenta:
.- Tomar probióticos específicos para cada tipo de infección, ya sean locales o ingeridos. Y hacerlo durante tiempo (pueden ser incluso durante meses)
.- Si la lesión de piel no remite, visitar a un dermatólogo.
.- No pares de hacer tu entrenamiento durante mucho tiempo, solo por miedo. Primero ponte a buscar solución y sigue con tu vida normal.