Suelo preguntar en la primera visita, si comentan su problema con alguien que no sea su pareja, obteniendo casi siempre la misma respuesta: «No se lo he dicho nunca a nadie»

Siento un gran respeto y responsabilidad al percibir que depositan su confianza en mi.  Son seguramente esos ojos con mirada baja, esa voz trémula y las manos nerviosas retorciendo cualquier esquina de la blusa, lo que me da fuerza para el compromiso que adquiero.

Qué gran suerte la mía, la de estar junto a mujeres valientes, que me dan la oportunidad de caminar junto a ellas en su avanzar hacia el éxito!