Hoy quiero dirigirme, con esta entrada, a aquellas mujeres que en algún momento han interrumpido su tratamiento.  Afortunadamente, no son la mayoría, pero existen y van apareciendo al cabo de los años. Los motivos de la parada son varios, pueden ser por trabajo adicional, enfermedad suya o de un familiar, falta de medios económicos en aquel momento, en fin, por diversas razones que son muy claras para ellas. Todas ello se puede entender y justificar inclusive, sabemos que todo tiene su momento y hace falta tenerlo muy claro para hacer un proceso que implica dedicación y coraje. Creo que, si fue eso lo que te pasó, no te machaques, no te culpabilices, no sirve de nada, fluye y decide dar nuevos pasos a seguir, sin culpa.

En otros momentos ya hemos hablado de la motivación y su importancia en el tratamiento.  Si es urgente solventarlo, el empeño, la decisión y el tiempo, irán a favor, pero si lo mismo da terminar el tratamiento ahora o dentro de un año, puede ser que este se vea frenado por cualquier causa, con cualquier excusa o simplemente por rechazo.  El bloqueo puede ser un exponente de desgana hacia el resultado final, así como de inapetencia, por destinar un tiempo cada día a trabajar.

En varias ocasiones me he visto involucrada en este tipo de perfil de paciente. Un día acuden a la consulta diciendo “HACE TRES AÑOS ME VISITÉ CONTIGO”.  Enseguida pregunto si lograron terminar el proceso pregunto y cómo están ahora. Generalmente recibo este tipo de respuestas:

-A)abandoné, porque no me sentía capaz de continuar

-B)paré en el dilatador tres (o cinco) porque me dolía y no avanzaba

-C)tuve que detener mi entrenamiento por problemas familiares

-D)me dejó mi pareja y no tuve fuerzas para continuar

El hecho es que cuando vuelven al tratamiento, se creen que están mucho peor de lo que están en realidad. Es decir que lo que trabajaron en el pasado les sirvió y mucho. Lo constato ya que estos dos últimos meses he tenido este tipo de experiencias y he podido comprobar que mis pacientes creen estar mal, como al principio, y una vez hacemos los exámenes necesarios, podemos ver que no es así. De nada serviría decir “que pena que hubieras parado”.  Lo mejor es verbalizar el resultado de la sesión, dar a entender que están cerca, muy cerca de conseguir el objetivo y que simplemente, se tienen que poner a trabajar a diario, para comenzar desde donde están, su tratamiento. Siempre contestan ”estoy mucho mejor de lo que pensaba”.

Es importante dar respuesta al motivo del abandono. Si fue por falta de fuerza para continuar, debemos investigar el motivo. Y muchas veces aparecen la creencias limitantes, la mente que boicotea cualquier regata que pueda parecer luminosa, para devolvernos a nuestro estado de “confort”.  Cuando se está inmerso en esto, no se es capaz de ver con claridad.  Por ejemplo, hoy mismo he tenido una sesión online con una chica que comenzó hace dos meses y en este tiempo no ha hecho “nada”. Que si las vacaciones, que si intentos fallidos de hacerse masajes, que si miedo a hacerse daño…es decir enfrentada a unas creencias limitantes que la han mantenido, alejada del tratamiento, sin fuerza para sobreponerse a ellas.

Algo que repito mucho es: no vas a tener que hacer esto sola, es decir que no creas que hasta que no seas capaz de hacer todo lo que dice el Cuaderno (la guía que imparto en la primera sesión) no hace falta que hablemos, muy al contrario, es necesario que estemos muy conectadas para que pueda ayudarte en cualquier punto de duda o bloqueo o estancamiento.

Si la causa de abandonar el tratamiento fue porque al llegar a un dilatador le molestaba, podríamos decir lo mismo que antes, que si me lo hubiera dicho, habríamos encontrado la manera de continuar en pro del objetivo. de llegar al máximo confort.

Si el abandono fue por una causa familiar de enfermedad o fallecimiento, es muy lógico que hubiera una parada, pero también hubiera sido razonable, reemprender a la mínima situación posible.  Si no fue así nos debemos plantear el por qué.

Ante la rotura de pareja, sí que hay que recordar que sobre todo el tratamiento del vaginismo se hace para una misma, por salud, para poder hacerse una revisión ginecológica.  No se debe hacer para complacer a la pareja. ¡Ante todo la SALUD!  Que no se pierda de vista.

Pero volviendo al inicio, cuando hay un parón, una parada en el tiempo, ya sea unos meses, un año o más de un año, lo genial es reemprender el tratamiento, pedir ayuda sin culpabilidad. A partir de ese primer paso tan importante, comienza el resto de sus vidas.

La actitud es muy importante. Mucho mejor si se deja una fluir sin intención de ir deprisa, sin sentimiento de culpabilidad, trabajando la incertidumbre. “No tengo ni idea de lo que va a pasar, pero tengo una gran curiosidad por saberlo”

Mis consejos serían:

Contacta de nuevo, sin miedo.

Proponte acabar, te lo mereces.

Confía en los testimonios.

Confía en ti.
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