Cuando una mujer sufre una fobia a la penetración o al mínimo acercamiento a sus genitales, el tratamiento físico del vaginismo, se debe acompañar de la terapia psicológica. La gran mayoría no relatan haber tenido abusos, ni venir de una educación severa.

¿Dolor o molestia? El poder de las palabras

Puedo ver  muchas actitudes diferentes ya en la primera sesión, que me orientan hacia cómo será ese tratamiento.  La mujer que ella sola se puede poner algún dilatador, aunque no lo hubiera hecho nunca.  La que ella sola no puede, pero admite que yo lo introduzca, sin dolor, evidentemente. El segundo paso será  recibir una serie de estímulos en los genitales externos, como calor, frío, vibración y presión y antes ello no suelen tener tampoco ningún problema, lo que nos indica que no hay afectación nerviosa. El tercer paso es aceptar el contacto de mi dedo, protegido con guante, y muy untado de aceite, en la entrada de la vagina. Muchas mujeres con fobia no soportan simplemente el roce del dedo en la entrada y suelen reaccionar muy emotivamente, diciendo que sienten dolor.

Mi manera de ir aplacando esa sensación, es primero ayudarlas a borrar esa palabra de “dolor” con técnicas de PNL (Programación neurolingüística) que son herramientas para ayudarnos , tanto en la comunicación, como en el camino de nuestra propia excelencia y tiene un  foco importante en la cura rápida de fobias. El poder de las palabras es inmenso.

Los fisioterapeutas  estamos muy acostumbrados a calibrar, es decir que mirando la cara del paciente, sus mínimas reacciones ante nuestras maniobras, o tantear la intensidad de una electroestimulación, podemos saber inmediatamente cómo actuar. Y eso es lo que sucede con la paciente con vaginismo y fobia, que ante un “me duele” cuando ni siquiera el dedo ha rozado la piel , estando la piel libre de cualquier lesión, y habiendo antes comprobado alguna lesión nerviosa, personalmente suelo decirle ¿Dolor?  ¿quieres  decir?  Sé que te molesta muchísimo, que no te gusta en absoluto… pero dolor quizás sería lo que se siente en un cólico nefrítico, en la rotura de un hueso  .. Si te parece vamos a ir analizando eso que sientes y quizás puedes cambiarle el nombre, ¿puedes pensar en otro adjetivo?

Normalmente contestan que es una gran molestia, que no soportan esa sensación.  Ese es el principio del cambio.  Evidentemente creo que lo que sienten es  algo tremendamente molesto, claro que sí! Lo que hago es ayudar a cambiar la palabra en su cerebro para que puedan ir avanzando en el tratamiento, de lo contrario pueden quedarse estancadas ahí y abandonar el tratamiento. Toda fobia siente de una manera exagerada sensaciones y emociones que poco a poco, se pueden ir dulcificando y dar paso a una normalidad. Poco a poco, día a día, sesión a sesión y con los deberes de casa, vamos a ir desensibilizando para eliminar esa sensación desagradable , como sucede cuando empezamos a trabajar con una cicatriz.  Pero lo primero es cambiar en la mente la palabra DOLOR.

Sinceramente no creo que un vaginismo se pueda considerar solucionado solo  introduciendo dilatadores, para mi es fundamental conseguir aceptar la exploración, los masajes internos, el contacto y abandonar el control con confianza en el terapeuta o el ginecólogo. Y digo esto contestando a algunas de mis pacientes que me dicen  “ya iré yo poniéndome  los dilatadores pero no quiero que me toques” “Y tampoco me gusta ponerme yo el dedo ni que nadie me lo ponga”

 De todas maneras, en muchas ocasiones, este puede ser el comienzo de un buen tratamiento, donde con paciencia y confianza por ambas partes, se consiga el resultado óptimo. Lo importante es seguir el camino empezado.  En ocasiones  un terapeuta puede cambiar el rumbo de su tratamiento y adaptarse según  los resultados de  cada sesión. Ante lo que no puede hacer nada es si la mujer abandona el tratamiento.  Podemos colaborar con psicólogos, con sexólogos, proponer técnicas a la paciente, que ya nos han dado buenos resultados anteriormente. Vamos a poder redibujar su mapa corporal y psicológico, desde todas las terapias posibles, para que la física, que es la final, la que va a abrir esa vagina para que pueda ser explorada, para  estar preparada para la  maternidad si lo desea, para conseguir esa sexualidad completa si es la que quiere.

Es importante que podamos explorar la vagina internamente.  Estos últimos meses he encontrado tres pacientes con himen parcial, y gracias a este descubrimiento, se han podido tomar medidas  definitivas para solucionarlo, porque iban entrando los dilatadores aunque de forma  parcial o no del todo habitual, pero no lo hubiéramos sabido sin esa exploración. .

No te abandones.  No abandones. Habla con tu terapeuta, dile qué sientes, buscar juntas la solución. La libertad que obtendrás al final del camino, no tiene precio. Vive la vida plenamente, sin limitaciones y confía en  los profesionales que te quieren ayudar.