Cuando hacemos la primera visita presencial o la primera sesión online, explico paso a paso lo que se debe hacer cada día, a ser posible, en el entrenamiento, para superar el vaginismo. Además, les envío El Cuaderno de la Vaginista, donde están explicados al detalle, tanto los ejercicios, como la mejor manera de trabajar, en cuanto a actitud, postura y con todos los detalles para conseguir lo más pronto posible el objetivo deseado.  Para unas es poder hacerse una revisión ginecológica, para otras conseguir el coito y para muchas, poder ser madres.  Y cuando les pregunto a mis pacientes, después de haber comentado en qué consiste el tratamiento y sus pormenores lo más detallados posible, si tienen alguna pregunta, alguna duda, parece que todo ha quedado muy claro y explicado.  Siempre pienso que quizás es mucha información en una hora, pero me tranquiliza el, hecho de saber que van a poder leer con calma y más de una vez, El Cuaderno.

Si las sesiones son seguidas, es decir, cada semana o cada quince días, tenemos la posibilidad de repasar más de una vez los detalles de su entrenamiento, sobre todo si tienen alguna dificultad en ir avanzando de manera progresiva, sea cual sea su ritmo.   Quizás es más problemático cuando consultan con demasiado tiempo entre medio de una sesión y la siguiente, pues se han adquirido unos hábitos, que en ocasiones nada tienen que ver con los dictados al principio del tratamiento. Y cuando queda más patente el enunciado de esta entrada que estoy haciendo, es cuando consultan al cabo de un año o más.

He podido comprobar que el tema de los hábitos es muy importante.  Se coge una rutina y se sigue haciendo con la convicción de que es exactamente lo que les dijeron o leyeron. Como la descripción del tratamiento es muy fácil, se tiende a leer rápido y se queda en la memoria para su ejecución.  Poco a poco se puede ir variando esta rutina, pensando que no tiene tanta importancia cambiar el orden o bien omitir alguna parte, creyendo que queda compensada por otra. Y ha sido a base de muchas repeticiones que he caído en la cuenta de que es algo muy frecuente y común.  Me gustaría pues, hacer hincapié en esos puntos que pueden llegar a entorpecer el tratamiento o bien alargarlo. Te los cuento.

  1. Hablemos del masaje.  Me refiero al masaje en la entrada de la vagina, en la horquilla, con aceite ya sea de coco o de almendras o alguno especial de zona íntima. .  Debe hacerse CADA DÍA por siempre jamás, que dirían en los cuentos.  Es decir, que no es un ejercicio para hacer solo cuando se tiene vaginismo, sino que el hábito deberá perdurar siempre, hasta que tengas muchísimos años y aún te acuerdes y aún seas capaz de hacerlo. Muchas veces es un paso que cuesta a muchas mujeres.  Les molesta, no saben muy bien cómo hacerlo, les incomoda muchísimo y se lo saltan bastante.  Yo no me canso de decirles que si lo van haciendo cada día, muy pronto dejará de molestar, pudiéndose hacer después con naturalidad.  Para algunas es una verdadera fobia, por lo que se quedan estancadas ahí, sin pasar al siguiente paso que son los dilatadores.  Recordad que las fobias se superan con exposiciones progresivas.  En este caso sería primero mirarse la vulva, separar los labios, intentar ver la entrada de la vagina abajo tocando al ano, empezar a tocar con el dedo, quedarse ahí, primero sin mover y poco a poco dejar la yema del dedo pulgar en la entrada, hasta encontrar esa entrada i masajearla en forma de U o de media luna.  Es importante que sea el pulgar, pues es el único que, según la disposición de la mano, puede realizarlo. Estas son las indicaciones que se dan al comenzar el tratamiento.  Pues bien, es muy frecuente que, revisando el tratamiento, bien sea porque se han estancado (o creen estarlo) me doy cuenta de que no hacen el masaje, ya que les es antipático y como consiguen que los dilatadores vayan entrando, se saltan ese paso. No exagero en absoluto si digo que, aunque entren todos los dilatadores, si no se pueden hacer el masaje en la entrada de la vagina, ellas y/o la pareja, no van a solucionar totalmente el vaginismo. Imaginar lo importante que es. Otra forma de olvido es que cuando ya consiguen tener penetración, van dejando de lado esta práctica.También recalco que el masaje debe hacerse siempre antes de cada dilatador, es decir que si se están utilizando en la misma sesión 3 dilatadores, antes de ponerse cada uno, se debe hacer el masaje. Y es otra de las cosas, que se olvidan y que reconocen que no se hace.

2. Hidratar hay que hacerlo cada día, mejor con masaje lento, pero si no se tiene tiempo (estamos hablando de una vez superado el vaginismo) hidrataremos la vulva y la entrada con aceite:  Podría suceder que, al cabo de unos años de normalizar la afectación, se tuvieran molestias en la penetración y fuera debido al abandono de esta práctica. He tenido muchas pacientes que han regresado en unos años y han reconocido que lo dejaron de hacer.

    3. La mejor postura para entrenar al principio, es la de acostada en la cama, con las rodillas dobladas y las piernas separadas. Después, a medida que se avanza en el tratamiento, se pueden intentar posturas (sencillas eso sí) como de pie. Es otra de las premisas que se dan al principio del tratamiento y no obstante, me ha sucedido que revisando lo que hacen (generalmente porque les cuesta hacer algún paso) me cuentan que o bien se lo hacen todo de pie o sentadas en una silla. Al principio me parecía imposible que no hubieran entendido este paso tan sencillo, pero poco a poco me he dado cuenta de que se cogen hábitos por muchos motivos, que están a cien años luz de las pautas indicadas.  Ahora ya no me sorprende y soy yo la que inicia la investigación, al intuir que algo no se está haciendo bien.

    4. Que es mejor empezar siempre con el primer dilatador, aunque se esté ya en el último. Mi oración es: masaje y dilatador 1, masaje y dilatador 2, masaje y dilatador 3… y así hasta el final. ¿Parece claro, verdad?  Pues bien, es frecuente que vengan a la sesión con solo los dos dilatadores últimos que son los que se están poniendo “porque los otros entran ya bien”.  Para entrenar, en el día a día, vale la pena hacerlo así y si se quiere comprobar que se es capaz de ir a los últimos directamente, se podría hacer por ejemplo un día a la semana, de esta forma. Y no solo me sucede en las sesiones presenciales, sino que en las sesiones online, también.

     Puede ser que al ser pautas sencillas, se lean por encima y se entienda que hay que hidratar, poner dilatadores y usar vibrador. Y con el tiempo queda todo difuso, sin que se repase para ver si se está haciendo bien.  No sería lo mismo que leer las instrucciones del test del Covid o de la preparación para una colonoscopia. Pero si queremos obtener buenos resultados, rápidos y para siempre, comencemos con buenos hábitos y no los abandonemos.