Una cosa frecuente con la que me encuentro en el tratamiento del vaginismo, es que una
paciente no se pueda hacer el masaje en la entrada de la vagina. Generalmente se detecta ya
en la primera sesión, pero algunas veces, consiguen superarlo, despacio, a su ritmo, con un
poco de tiempo. Es decir que cuando lo detecto, siempre espero un par de sesiones para
tomas medida más urgentes. De todos modos, podemos hacer unos cuantos ejercicios para
aproximarnos al masaje, siguiendo los pasos de mi Proyecto Erótika (método para
sensualizarnos a través de los cinco sentidos)
Mientras hacemos los ejercicios de Kegel, o más sencillo aún, abrimos y cerramos los
esfínteres, de forma rítmica, podemos hacer lo siguiente:
-Mirarnos en un espejo para visualizar los movimientos.
-Dar pequeños toques con cualquier dedo alrededor de la entrada.
-Hacer lo mismo poniendo el dedo en la entrada (aunque sea superficialmente) y dejarlo allí
quieto, unos minutos.
- Aplicar gasa o algodón caliente en la entrada, mientras abrimos y c erramos esfínteres.
Probar después con algo frío. - Poner la yema del dedo en la entrada (ni que sea superficialmente) y al hacer el ejercicio de
abrir y cerrar esfínteres, intentar notar la succión en el dedo.
-Pasar un collar de cuentas por la entrada de la vagina, cerrando y soltando los músculos.
.Ampliar sensaciones con un secador de pelo. Al sentir el aire (no demasiado caliente)
podemos cerrar y abrir.
.Pasar el vibrador lentamente de abajo a arriba y de arriba abajo, respirando lentamente,
mientras seguimos con los ejercicios
.En la ducha, aplicar el chorro en la entrada, con una temperatura agradable, mientras abrimos
y cerramos los músculos.
Podemos aplicar también el movimiento corporal. Primero ensayamos subir y bajar la pelvis,
con las piernas apoyadas en la cama, pero dobladas y separadas. Subimos y bajamos con
nuestro dedo en la entrada. Al bajar intentaremos que el dedo se adentre o roce un poco más.
Después haremos lo mismo subiendo y bajando la pelvis, hacia la derecha, subiendo y bajando
hacia la izquierda.
Y después de haber hecho estos ejercicios sensitivos, podemos pasar a dar un paso más, para
intentar adentrarnos con el dedo y poder realizar ese masaje tan importante. Muy importante
también es conseguir que cualquier aproximación que hagamos será siempre mientras
exhalamos el aire. Todo lo que sea que intentemos, cogiendo aire, no nos va a dar un buen
resultado, lo haremos al soltarlo.
Pensemos como premisa, que debemos conseguir que nuestro dedo pulgar (y no otro) se
introduzca en la entrada de la vagina, de manera que entre sola la primera falange. Para ello
iremos haciendo exposiciones, es decir, lo primero es untar bien el dedo y la vulva con un buen
aceite hidratante. Primero nos exponemos a que esté en la entrada, pero ya un poco
introducido. Si molesta haremos “método pausa” es decir no lo entraremos más pero
tampoco lo sacaremos, sosteniendo esa situación hasta acostumbrarnos. Recordemos lo
importante que es hacerlo siempre cuando sacamos el aire.
Si ya hemos hecho todos los ejercicios anteriores de sensibilización, ahora estaremos en un
estado óptimo para permitir que nuestro dedo pulgar vaya deslizándose en la entrada de
nuestra vagina. Lo primero que haremos al conseguirlo (ni que sea unos milímetros) es
mantenerlo allí, sin movimiento, intentando relajar al máximo cuando exhalamos el aire de
nuestra respiración. Una vez conseguido esto, vamos a intentar hacer suaves toques de
presión hacia abajo. Yo le llamo el movimiento de la tecla del piano, así que iremos
presionando hacia abajo dulcemente, como tocando esa tecla. Después. Haremos un suave
movimiento de pasear el dedo a derecha y a izquierda, como queriendo dibujar media luna por
debajo, en la entrada. A mí me gusta imaginar que estoy haciendo medio círculo por debajo, a
la derecha y a la izquierda. Hecho esto, vamos a intentar introducir un poco más el dedo, pero
solo necesitamos que entre la primera falange, nada más. Sin nos sigue costando mucho,
puede irnos bien utilizar una bala vibradora, ya que la vibración favorecerá la relajación de la
zona.
Y ahora vamos a hablar de algunos pensamientos que no dejan avanzar. Puede ser que
haciendo estos ejercicios, aparezca alguna de estas ideas o situaciones:
.Notar presión
.Sentir debajo del dedo rugosidades o cosas extrañas.
.Identificar pieles o cosas que parecen anómalas.
.Permitir que los músculos se contraigan como si tuvieran vida propia.
.Sentir que las piernas tiemblen o se cierren.
Lo ideal es no hacer tanto caso a todo ello, imponiéndonos con la idea de “voy a seguir
experimentando, voy a seguir avanzando, voy a conseguir mi objetivo”
Ya sabes, si te cuesta hacerte el masaje, prueba con estos trucos y ¡verás que funcionan!
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