Son muchísimas las mujeres que me hablan de “presión en la vagina” cuando se ponen los dilatadores y que esa sensación les frena para seguir adelante. Suele ser un clásico ya en el primer dilatador, que me digan que notan mucha presión y lo sacan rápidamente o no insisten más en ponérselo. O también cuando intentamos que introduzcan un dilatador mayor, suelen decir que no pueden porque notan una gran presión.
He intentado durante años seguidos, entender el significado real de esta palabra, cuando la dicen mis pacientes y esto es importantísimo para poder ayudarlas a proseguir en el entrenamiento. Porque si notan “presión” no siguen trabajando, es como un impedimento muy fuerte que por sí solo paraliza la continuidad del entrenamiento. Creo que ya he llegado a saber el por qué lo sienten y lo manifiestan.
En un principio siempre intento que vayan cambiando la palabra “dolor” por “molestia” o “no me gusta”. Las palabras son muy importantes, tanto si se dicen como si se piensan. No es lo mismo estar convencida de que te molesta, a pensar que te duele. La aceptación de la realidad y el hecho de no magnificarla de manera negativa, puede ser una baza muy importante a la hora de trabajar y ganar.
Creo firmemente, que detrás de la palabra “presión” se esconden una serie de cosas:
.-Miedo a que eso que se nota crezca de dimensión. Es decir, quizás si se supiera que se queda ahí, en eso, posiblemente se sacarían fuerzas para seguir un poco más. Este es un punto importante a tener en cuenta y valdría la pena preguntarse si esa es una de las causas, es decir “¿Si la molestia se queda así, la puedo llevar bien? No tiene por qué ir a más, simplemente mi cuerpo se está adaptando a la nueva medida de dilatación”. También puede ser temor a que algo se desgarre por dentro, como si esa presión que se nota pudiera dar lugar a romper fibras o paredes o mucosa. Y nada está más lejos de la realidad, de la misma manera que cuando vamos al gimnasio y alargamos unas fibras, despacio, con cautela, no se van a rasgar. Los miedos están siempre presentes en los bloqueos, son los frenos de las marchas hacia la acción, los verdaderos culpables de las faltas de avance en muchas ocasiones. Si eso sucede, lo mejor es hablarlo con la terapeuta o con las madrinas, o con otras chicas si estás en un curso grupal, para salir de ese estado.
.-Desconocimiento de lo que está sucediendo ¿Será normal lo que siento? ¿Puedo rasgarme? ¿Herirme? El desconocimiento y la ignorancia, son culpables de muchos temores irreales. Y eso se debe tener en cuenta. De la misma manera que muchas mujeres empiezan a adquirir conciencia de su anatomía y fisiología, también deben aprender a valorar las respuestas de su cuerpo y a darles el significado correcto, sin añadir falsas interpretaciones. Si se nota molestia, pensar que es normal ya que estamos dilatando o masajeando una zona del cuerpo que antes, no se tocaba prácticamente. Si lo que notamos es sensación de “llegar al límite”, sigue siendo normal pues estamos alargando y flexibilizando nuestras fibras. Estaremos orgullosas de haber llegado a este punto de estiramiento y si lo sentimos como tal, esa sensación, nos hará avanzar. Da lo mismo si se nota “presión”.
-Protección hacia una misma. Ante un proceso que realizamos nosotras mismas, que somos las artífices y responsables de lo que sucede, puede surgir la necesidad de tener cautela, por si alguna cosa no hiciéramos bien o por si algo pudiera pasar y que no podamos controlar. Cada persona es el centinela de su cuerpo y nadie más entiende mejor por lo que pasa en ese momento. Pero lo cierto es que hay mujeres muy decididas y otras que se protegen al mínimo. Ambos patrones son correctos, solo que, si se echan ganas, no nos damos pena y entendemos lo que estamos haciendo, nos va a ir mucho mejor. La información de cómo es nuestra anatomía, la manera de ir cambiando la elasticidad y el tono muscular, de quitar las contracturas, nos puede ayudar objetivamente a valorar los cambios y a no temer las nuevas situaciones. Más que protegerte, te animo a empoderarte.
.-Bloqueo que impide continuar. Al notar “presión” es como si se dieran permiso para no continuar entrenando o aplazarlo para más adelante. Eso que se siente da pie a parar, a descansar, a no ir más allá, de manera que gana incluso a la motivación que se sentía para terminar pronto con el proceso. “Si noto presión, no debe ser bueno, me irá mal, mejor paro” Cuando en realidad, la fuerza del tratamiento reside en avanzar, salvando los pequeños baches o inconvenientes. Si alguna está en este momento, el de parar por presión, la animo a escribir en una hoja lo que cree que le puede pasar si continúa trabajando
Si notas presión al entrenar con dilatadores o vibrador, valora lo que realmente quiere decir esa sensación. Estás ganando terreno a la dilatación de tu vagina, estás consiguiendo rebajar el tono muscular, estás dando flexibilidad a las fibras, estás AVANZANDO. Así que te puedes decir “bienvenida presión”.