El tratamiento físico del vaginismo se basa en dar a la vagina el confort que necesita, para poder pasar por una revisión ginecológica, o tener un coito o ponerse una copa, sin molestias.

Este proceso se basa en un entrenamiento diario de hidratación, de desensibilización y de dilatación, sobre todo de la entrada de la vagina, donde suele estar la contractura.  Por lo tanto, existe un procedimiento riguroso donde el hábito y la perseverancia, se instalan en el hacer diario de la mujer afectada de vaginismo.  Generalmente cada una sigue unos patrones, algunos recomendados y otros hallados con la experiencia personal, que configuran una especie de trance o de tantra repetitivo, dentro del cual se va ganado comodidad ante los retos programados. De todas maneras, no deja de ser un tiempo dedicado a un entrenamiento repetitivo, con ciertas, pero pocas variaciones.  De manera que van pasando los días y una vez superados los primeros encuentros con una misma y el propio cuerpo, se transforma en un entrenamiento físico, como podría ser cualquier actividad deportiva o de sala de gimnasio.  Las recomendaciones iniciales son de estar atenta al presente, al momento en el que se vive y mientras transcurren los ejercicios, para sentir plenamente el cuerpo, para mirarlo y descubrir su realidad. Primero miramos, luego tocamos y después normalizamos.

Cuando ya se tienen por la mano los masajes, los dilatadores y se ha incorporado la vibración, también se recomienda entrenar de una manera totalmente diferente, es decir mirar una serie, por ejemplo, sin estar pendiente de las pequeñas cosas que van sucediendo mientras se trabaja la dilatación. Este sistema, primero de conciencia plena y más tarde la de no hacer ni caso, suele dar muy buenos resultados en general, ya que hay un cambio importante en el abordaje, que facilita adaptarse a las diferentes etapas, con una expectativa diferenciada, la cual se adapta a las fases, tanto físicas como mentales, de la mujer que está en tratamiento.

Hasta aquí hemos hablado de un proceso en solitario, que tanto se puede dar en mujeres sin pareja, como que la tengan. Incorporar al compañero o a la compañera en el trabajo diario, es siempre muy eficaz, tanto por el incremento de sensaciones, como de la importancia que tiene el no estar siempre controlando qué va a suceder.   Muchas veces me he sorprendido con las nuevas ideas que tienen los acompañantes y que van a abrir nuevos paradigmas en la paciente.  Es decir, resumiendo, que es bueno incorporar ayuda, si la tenemos cerca o a mano. Hay varios perfiles de parejas, los que viven juntos y se ayudan con los ejercicios.  Los que viven juntos y no se ayudan. Los que viven separados y solo se ayudan de vez en cuando.  Los que están en otro país y se visitan cada cierto tiempo. Y después están las mujeres que en ese momento del tratamiento no tienen pareja.

Sea cual sea el modelo de situación personal, se debe entrelazar el tratamiento con el placer.  Quizás en una primera fase se necesita sobre todo dilatar y llegar a creerse que es verdad lo que está sucediendo, pero una vez avanzando en el tratamiento, lo ideal sería que empezáramos a combinarlo con prácticas que nos proporcionen placer.

Si la situación se da en pareja, se debería cruzar esa frontera del entrenamiento que haya sido hasta cierto momento y tener juegos sexuales, que van a ayudar y mucho, en los resultados.  La excitación provoca un aumento de la vagina a lo largo y a lo ancho. Solo por este detalle, ya podemos darnos cuenta de los beneficios físicos y además, y muy importante, entrelazamos el entrenamiento con nuestra sexualidad.

Siempre he pensado que, para pedir placer, primero debemos saber qué nos gusta, dónde nos gusta, qué tipo de caricias y de prácticas nos apetecen ¿verdad que sí? Pues bien, hay algunas mujeres que sienten como una barrera y no saben cómo romperla. Y esa barrera tanto está primero a nivel personal (es decir que no saben darse autoplacer) como a nivel de pareja.

¿Te sientes erótica? Te puedo ayudar, tanto si tu respuesta es “sí” como si es “no”. Seguro que te doy ideas. Mi proyecto Erótika, está ayudando a muchas mujeres a descubrir su sensualidad.

La sensualidad se puede trabajar y qué mejor manera que la de empezar con una misma.

Se puede trabajar la voz, los sonidos guturales, las palabras, el tono, el volumen. Te puedes grabar leyendo un texto erótico o inventando maneras de expresión verbal, para utilizar en los momentos sexuales.

El tacto sería otra de las cosas que podríamos entrenar. Cerrando los ojos y pasando por nuestro cuerpo materiales de diferentes texturas. Distinguir las sensaciones que surgen de las diferentes partes del cuerpo, terminando con caricias ayudadas de aceites. Los juguetes sexuales con vibración también los podemos utilizar por todo el cuerpo, no solo con la finalidad del orgasmo.

La lectura erótica puede ser también una manera de abrirnos a nuestra sensualidad. Seguramente no todo lo que encuentres te guste, pero el simple hecho de animarte a descubrir este mundo de la lectura, ya te ayudará a empezar a conocer tus reacciones.

Lo visual es también algo bueno para explorar, como por ejemplo los videos de porno femenino.  Es cierto que generalmente a las mujeres no nos gusta el porno, ya que está hecho para los hombres, pero seguir a directoras femeninas puede hacernos descubrir también que podemos emocionarnos, mirando.

Podemos escuchar audios eróticos o hacerlos nosotras mismas, también.  He conocido a muchas mujeres que se han sorprendido con estas técnicas. Buscar todo este tipo de información, también es una manera de adentrarse en la sensualidad.

¿Y qué piensas sobre el gusto? Probar sabores con los ojos cerrados o simplemente viviendo plenamente las texturas desde el inicio en la lengua, hasta que pasan por nuestra garganta, te harán descubrir sensaciones a las que nunca les damos mucha importancia, ya que la inmediatez de nuestra era, hace que todo sea rápido, incluso comer.

Estas son algunas maneras de comenzar a trabajar la sensualidad, sola y acompañada.  ¿Te atreves a probar?  Si alguna de las técnicas no te gusta, quizás descubras que hay alguna resistencia en ti y la puedas trabajar.

Pero el centro de esta entrada era la de empezar a unir tu entrenamiento con el placer. Intenta ir pasando de la rutina de tu trabajo, a sentir con todo lo que haces, desde el masaje, a los dilatadores o al vibrador.  Y si te interesa mi Proyecto Erótika, ponte en contacto conmigo para trabajarlo, durante 4 sesiones.  ¡Te gustará!