De todas nuestras sesiones, voy recogiendo aquellas cosas que frenan o dificultan el tratamiento, de manera que espero poner un poco de luz en ciertos aspectos de tu camino hacia la superación del vaginismo y la consecución de tu objetivo. Los retos pueden ser graduales, en escalada, como por ejemplo empezar poniéndote un tampón, poder hacerte una revisión ginecológica de forma placentera, tener una penetración y llegar a quedar embarazada, si ese es tu deseo.
Voy a poner el foco de luz en algunos puntos muy concretos, que he visto que te suponen un estrés.
Las tres normas del tampón. Cuantas veces ya os podéis poner un dilatador de cierto tamaño y en cambio no os podéis poner un tampón. Pues bien, debéis saber que para mí hay tres puntos fundamentales para que se pueda conseguir. Uno es, tener la regla, que puede parecer obvio, pero si no se tiene el flujo, no se va a poder introducir o bien se podrá hacer con muchísima incomodidad. Es decir que no vamos a hacer la prueba si no estamos con el periodo. Norma número dos: no lo vamos a sacar hasta que esté muy empapado. Es muy frecuente que entre un poco de miedo o de sensación de incomodidad y se quiera sacar el tampón al poco rato de haberlo introducido. Y va a pasar lo mismo de antes que, si no está empapado, se va a quedar como enganchado a las paredes y va a costar sacarlo. Y la tercera premisa serías, utilizar siempre un tampón con aplicador, por lo menos hasta que estemos acostumbradas. Muchas mujeres piensan que ponerse el aplicador va a ser más complicado que empujar el tampón con el dedo, pero no es cierto. Los aplicadores son de un material deslizante, unos más que otros, pero siempre más fáciles de introducir que un tampón sin ellos, que no deja de ser un algodón o similar.
Así que ya sabéis, para ponerse un tampón, siempre con la regla, con aplicador y no sacarlo hasta que haya dado tiempo a que esté empapado. Estas son unas normas seguras de éxito en el propósito.
La importancia de que seas tú quien se pone los dilatadores. Y esto viene a raíz de algunas pacientes que vienen de otros centros de fisioterapia. Cada terapeuta tiene su manera de abordar una afección, sus pasos para hacer una sesión, sus razones para hacerlo de una manera o de otra, debido a su experiencia. He tenido algunas pacientes que se han quedado muy extrañadas cuando les he dado un dilatador y les he dicho que se lo pusieran. Parece ser que, en otras terapias, se los ponía la terapeuta. Para mí es esencial que se los pongan ellas. En alguna ocasión he sido yo la que lo ha hecho, pero siempre por una causa de imposibilidad de la paciente. No quiere decir con ello que eso haya causado malestar, dolor o incomodidad, más bien, la verdad, es que no se han enterado, pero por norma, lo importante es que cada mujer sea la responsable de su tratamiento y avance, superando retos. Cuando una mujer va superando dilatadores, se empodera, empieza a creer en el avance y determina seguir, para llegar al éxito. “No me des peces, enséñame a pescar”
Coge las riendas de tu entrenamiento, de tu tratamiento. Confía en ti y en lo que haces, siguiendo tu intuición, no tus miedos. Aparca las creencias limitantes y dirige tu vida. Ahora has decidido hacer este camino, hasta que te lleve al lugar donde quieres ir. Respecto a las creencias limitantes, recuerda que se vencen con la exposición. Debes exponerte cada día un poco más, hasta que normalices las sensaciones.
Se lo digo o no se lo digo y que pase lo que tenga que pasar. Cuando una chica con vaginismo, conoce a un chico y aún no ha tenido experiencia con la penetración, suele preguntarme esto: ¿Se lo digo o no se lo digo, que he tenido vaginismo y que va a ser mi primera vez? Y mi contestación va a estar sujeta a lo que ella sienta. Suelen tener miedo a que piensen que va a haber problemas, sobre todo cuando les dicen que su anterior pareja se rompió por no entenderse con el sexo.
Y su decisión va a depender del tiempo que hace que se están viendo, del rumbo que esté tomando la relación y de otros factores. De todos modos, siempre he creído que cuando la chica está muy segura de que su dilatación es buena, prefiere apostar a no decir nada, de momento y averiguar si va a poder conseguir su objetivo. Esta misma semana he tenido uno de estos testimonios y ha terminado genial. El chico ni se ha enterado del anterior vaginismo y ella pese al nerviosismo, ha conseguido tener su primera penetración, además con un feedback de lujo. Su chico le dijo: ”Me ha encantado como cierras los músculos vaginales “ y ella le contestó “es que hago ejercicios del suelo pélvico” Me ha parecido genial.
Revisa tus creencias limitantes. Creo sinceramente que no somos capaces de tenerlas en cuenta, al menos todas. Una creencia se puede instaurar en nuestra cabeza en un segundo y en cambio parecer que tiene un gran sentido. Te enumero algunas y piensa detenidamente si las reconoces. Si es así, hablemos de cómo arrancarlas, para poder fluir en el entrenamiento, hacia la superación del vaginismo.
Yo soy gafe, así que no lo voy a superar
Sé que me va a doler, si meto un dilatador
No podré hacerlo sola
Me voy a lastimar dentro si meto cosas
Las uñas me impiden entrar para hacerme el masaje
Masturbarse es algo feo
No puedo estar tocándome para hacer los ejercicios si mi pareja está en casa
No lo puedo explicar porque creerán que soy incapaz
Dudo si es algo físico o está en mi cabeza
Y así podríamos enumerar muchas más. Revísalas, piensa si tienes alguna y hablamos. Todo lo que nos frena para conseguir un reto, hay que estudiarlo y si no nos sirve, sacarlo de nuestra vida.