Generalmente enfocamos nuestros sentidos a una parte del cuerpo, en situaciones concretas. Por ejemplo, cuando aparece dolor o malestar, cuando sentimos placer, cuando surge una preocupación en esa zona por algún motivo y cuando estamos atentas a algún cambio, por pequeño que sea.
Las mujeres cuando han tratado su vaginismo, me suelen decir que, a partir de su entrenamiento han sido capaces de conocer mucho mejor su cuerpo, sus necesidades y sus respuestas. Vamos a repasar algunas de estas situaciones:
Saben, por ejemplo, que en momentos del ciclo puede aparecer inflamación en vulva y vagina y entonces el entrenamiento del vaginismo no es tan fluido, pero han aprendido a no darle importancia, hacer un mínimo a lo mejor o esperar un par de días. Pero sobre todo han puesto el foco de atención en una parte de su cuerpo, cuando antes generalizaban las sensaciones, sin concretar.
Se puede aprender también y de hecho lo hacen, que cuando el cuerpo está cansado al final del día, por ejemplo, se puede dificultar algún ejercicio y es fantástico saber la razón y darle un poco de tregua.
Otro tema importante que puede enlentecer el trabajo de entrenamiento, son las preocupaciones. Para mí, en gran parte es debido a que cuando tienes en la mente algún problema importante, de hecho, te dedicas menos tiempo a ti. No es el problema en sí, sino que no priorizas tu espacio de prácticas.
Algunas pacientes, durante el tratamiento van cambiando de aceite hidratante externo porque no les funciona bien, es decir, pica o molesta o notan que no hidrata lo suficiente. Están atentas a la reacción de su piel, cuando anteriormente a lo mejor, no le prestaban demasiada importancia.
El trabajo con vibradores, les puede evidenciar que no están acostumbradas a ese tipo de estímulo. En un principio puede ser que no les guste, pero en poco tiempo llegan a entender lo que supone en cuanto a beneficios. El cuerpo debe poder sentir diferentes experiencias, aceptarlas y conseguir que lleguen a ser una ayuda. Este entrenamiento puede servir para otras muchas situaciones en la vida, donde se requiera que el cuerpo acepte estímulos y los integre dentro de las buenas sensaciones.
¿En qué momentos podemos identificar molestias? Estos serían algunos:
Antes de la regla, es muy evidente. Hay una inflamación, lo cual no quiere decir que no se deba hacer nada de entrenamiento, sino regularlo a nuestro momento actual. Imaginaros el poder de la mente y de la cultura, que cuentan que, en algunos lugares, las mujeres tras el parto, desean la penetración para calmar las sensaciones molestas. Nos puede parecer algo increíble, pero no es tan descabellado, el masaje y el placer, puede resultar algo placentero y reparador.
Durante la ovulación también podría ser uno de esos momentos de incomodidad. Si somos conscientes de ello, podemos resignificar los síntomas y los resultados en el entrenamiento. Hay mujeres que la notan mucho y otras no, pero seguramente si se presta atención, se puede conseguir sentir la ovulación. De hecho, el cuello del útero baja y lo podemos llegar a tocar con el dedo y en cambio, si no se está ovulando, no se consigue llegar.
Aprenden también que, en el inicio, durante o después de un episodio de cándidas, se pueden tener muchas molestias a la hora de insertar dilatadores, de masajear la entrada con el dedo, o de ejercitar con el vibrador. Si consideran, debido a su experiencia, que están ante uno de esos episodios, lo tienen en cuenta, descansan un par de días y sobre todo toman probióticos específicos, para que no se repitan las infecciones, habrán conseguido salvar esa situación puntual.
Otro gran tema dentro de una posible incomodidad posterior, es que se haya tenido que entrenar con un dilatador XXL, por tener una pareja más grande de lo normal, por ejemplo. Se aprende que después de un ejercicio más duro, se pueden notar molestias el primer día, sobre todo. Si se sabe, no hay problema para adaptarse.
Estas mujeres, aprenden de la atención prestada a su cuerpo durante el tratamiento del vaginismo y eso les ayuda en otras situaciones diferentes de su vida, como un embarazo, una operación, una enfermedad, un accidente, o cualquier situación que vaya a generar un control sobre el cuerpo, una aceptación y sobre todo una resolución. Conocer el cuerpo es algo muy importante y con entrenamiento y atención enfocada al cuerpo, se logran grandes resultados.
Frases de mis inteligentes pacientes:
“Cuando me molesta entrenar, suelo ponerme un cojín debajo de las lumbares y ¡me funciona de maravilla!”
“He aprendido que cuando uso un nuevo dilatador que me molesta un poco, lo dejo allí donde esté en la vagina, sin presionar, pero tampoco lo saco. Mi método pausa hace que, en pocos minutos, pueda ir entrando algo más”
“Si me noto algo molesta, descanso el entrenamiento un par de días, sin atormentarme. Cuando lo retomo, estoy perfecta”
“He aprendido a tratar mi piel de la entrada vaginal, con diferentes aceites i pomadas, dependiendo de cómo está la zona. Soy una experta.”
“Puedo prevenir o atajar una infección de orina o de cándidas, al menor indicio”
Y como estas, podríamos ver muchas otras frases, que son el resultado de una experiencia basada en estar atentas al propio cuerpo. Las ganancias son muchas y trasportables a muchos momentos y situaciones de la vida.
Me viene a la mente una de esas frases que siempre me han causado una gran confianza “Quien sabe lo que quiere, entiende lo que encuentra”