Algunas de mis pacientes no tienen pareja mientras tratan su vaginismo y en cambio otras salen con chicos. Cuando terminan el tratamiento están ansiosas por saber si pueden tener relaciones con penetración, además de desear tener una pareja afectiva, la mayoría de veces, sobre todo si pensamos que han estado evitando los encuentros íntimos, debido a su problema.Así que esas ganas las lleva a apuntarse a aplicaciones para conocer a chicos afines. Siempre las animo a hacerlo, porque sé la importancia que tiene que se sientan atendidas y visualizadas, además de tener la oportunidad de conocer a gente nueva, de chatear, de abrir ventanas a la normalidad.

Sus experiencias me han hecho conocer muchas historias variopintas, muy ilustrativas y de gran contenido, para poder seguir acompañando a estas mujeres esperanzadas. Así que he podido ser oyente de cantidad de aventuras, las cuales me han hecho reflexionar, para seguir siendo una mejor oyente. Ya sabemos que cada persona tiene su mapa y el oficio de escuchar, debe quedar ahí, a menos que te pregunten la opinión.

Lo primero que una mujer quiere después de haber dejado el vaginismo atrás, es poder hacerse revisiones ginecológicas y poder hacer con su cuerpo cosas prácticas como ponerse un tampón o una copa menstrual.  Si es heterosexual, querrá conocer a un chico con el que poder comprobar si puede tener penetración, después de su tratamiento. Y si es lesbiana o bisexual, también puede tener curiosidad por la penetración, aunque sin tanta presión. Lo más fácil pues, es apuntarse a una aplicación, que le permite ir conociendo a gente poco a poco y escoger a su próxima cita. Los primeros días aparecen chicos que van siendo puntuados seguramente por lo bien que la hacen sentir. Si son positivos, cercanos, atractivos también emocionalmente… en fin, si reúnen puntos que les hagan subir en las listas del apartado “creo que vale la pena conocerle”. 

Una de las primeras cosas a las que se enfrenta nuestra protagonista, es a tomar la decisión de si decirle que ha tenido vaginismo o no. Algunas lo dicen ya en las primeras citas, tomando un café y otras se reservan sin saber muy bien qué hacer. Hemos visto distintos resultados, los chicos que desaparecen, supuestamente por no querer tener problemas y los que se quedan, con muchas ganas de averiguar esa nueva manera de estar con alguien.  Las dos posturas son muy valientes, creo yo, tanto la de decirlo como la de no decirlo y pasar la prueba olímpicamente.

Es cierto que me han contado muchas veces sobre las primeras citas, suelen tener unos cuantos encuentros con alguien concreto, que validan ese sentirse a gusto con esa persona, después de descartar a los no válidos. Y llega el día en que me dicen “creo que con este chico va a suceder…”  Empiezan los nervios, las preguntas, las inseguridades… a lo que siempre respondo, cuando han llegado al final del tratamiento “ya no tienes vaginismo”.

Estamos hablando de encontrar nuevas parejas y ya sabemos que, en una aplicación, se intenta causar buena impresión. ¿Y qué es mejor, ser sincera sin temer a las huídas? o ¿empezar de cero?

Algunos chicos han desaparecido después de haberles dicho que habían tenido vaginismo.  Quizás creen que pueden quedar secuelas, como si dijéramos y no tienen ganas de tener posibles problemas.  Muchos de ellos cortaron la relación anterior, precisamente por problemas en el sexo, así que puede ser lógico que teman pasar por algo similar de nuevo. Creo que no se debe juzgar, es su elección.

Respecto a la desaparición del chico creo que una cosa sería decirle “tengo vaginismo” y la otra “he tenido vaginismo y ya estoy dada de alta”.  Algunos se han quedado al lado de la chica con muchas ganas de compartir el éxito. Las chicas a las que han plantado, se sienten muy fracasadas y desilusionadas, sienten que a ellos solo les interesaba el sexo, pero yo siempre les digo que lo más seguro es que ese chico no era el adecuado. Me parecen muy poco conquistadores y sin sentido de la aventura. El principal problema es cómo se siente la chica y lo que va a tardar en reponerse, como para comenzar de nuevo.

Y ahora quiero hablaros de las que optan por no decir nada y lanzarse a la aventura sin paracaídas. Llega ese primer encuentro sexual con penetración y lo superan, es decir, no dicen nada, no les duele, siguen el ritmo del encuentro, aprenden a base de esa primera práctica y la superan en todos los aspectos, incluso en la percepción del chico, que no ha notado nada diferente de los otros encuentros que haya podido tener. Y puede pasar que el chico sí haya notado algo especial y es que los músculos de la vagina están fuertes, trabajados, siendo una experiencia para él, única y muy gratificante. ¡Qué maravilla! ¿verdad? Cuando me lo cuentan intento que se den cuenta de la gran ventaja que tienen. Son capaces de ceñirse al pene del chico, con fuerza.

Una paciente que fue protagonista de una historia similar, estaba preocupada por esa percepción de chico y obviamente le dije que era genial, que disfrutara de ello, pero en su mente mariposeaba el vaginismo y creía que eso era negativo, así que un día cuando ya llevaban tiempo de relaciones, él le dijo “ya te has cerrado”, me llamó muy preocupada. “¿Qué pasa?” “lo nota estrecho”. Y yo le contesté “es genial que lo note estrecho, cuantos quisieran sentir esa sensación.  Le puedes decir que lo ideal es estar muy excitados antes de la penetración, que seguramente era como pasó los primeros encuentros y ahora ya es más corto el preliminar ¿verdad?, se va más rápido, ya hay confianza.

Pero la clave está en que ya basta de querer complacer y sentirse culpable por todo. ¿Qué te gusta a ti? ¿Has pensado que eso es lo que le va a dar mayor placer a él? Precisamente que tú sientas placer.  Piensa en ti, descubre lo que te gusta y díselo, exígelo. Eso es lo que a él le va a llevar a sentir placer.  A los hombres les gustan las mujeres que piden placer, así que para de pensar en cómo le haces feliz y descubre tu propio placer.

En este caso del que os he hablado, una mujer exvaginista, le regaló a su chico una vagina fuerte, capaz de contraerse y relajarse, con resultados de movimientos hábiles y capaces de proporcionar el máximo placer en una penetración.

Cómo encontrar tu primera vez en Tinder después de superar el vaginismo

Algunas de mis pacientes no tienen pareja mientras tratan su vaginismo y en cambio otras salen con chicos. Cuando terminan el tratamiento están ansiosas por saber si pueden tener relaciones con penetración, además de desear tener una pareja afectiva, la mayoría de veces, sobre todo si pensamos que han estado evitando los encuentros íntimos, debido a su problema.Así que esas ganas las lleva a apuntarse a aplicaciones para conocer a chicos afines. Siempre las animo a hacerlo, porque sé la importancia que tiene que se sientan atendidas y visualizadas, además de tener la oportunidad de conocer a gente nueva, de chatear, de abrir ventanas a la normalidad.

Sus experiencias me han hecho conocer muchas historias variopintas, muy ilustrativas y de gran contenido, para poder seguir acompañando a estas mujeres esperanzadas. Así que he podido ser oyente de cantidad de aventuras, las cuales me han hecho reflexionar, para seguir siendo una mejor oyente. Ya sabemos que cada persona tiene su mapa y el oficio de escuchar, debe quedar ahí, a menos que te pregunten la opinión.

Lo primero que una mujer quiere después de haber dejado el vaginismo atrás, es poder hacerse revisiones ginecológicas y poder hacer con su cuerpo cosas prácticas como ponerse un tampón o una copa menstrual.  Si es heterosexual, querrá conocer a un chico con el que poder comprobar si puede tener penetración, después de su tratamiento. Y si es lesbiana o bisexual, también puede tener curiosidad por la penetración, aunque sin tanta presión. Lo más fácil pues, es apuntarse a una aplicación, que le permite ir conociendo a gente poco a poco y escoger a su próxima cita. Los primeros días aparecen chicos que van siendo puntuados seguramente por lo bien que la hacen sentir. Si son positivos, cercanos, atractivos también emocionalmente… en fin, si reúnen puntos que les hagan subir en las listas del apartado “creo que vale la pena conocerle”. 

Una de las primeras cosas a las que se enfrenta nuestra protagonista, es a tomar la decisión de si decirle que ha tenido vaginismo o no. Algunas lo dicen ya en las primeras citas, tomando un café y otras se reservan sin saber muy bien qué hacer. Hemos visto distintos resultados, los chicos que desaparecen, supuestamente por no querer tener problemas y los que se quedan, con muchas ganas de averiguar esa nueva manera de estar con alguien.  Las dos posturas son muy valientes, creo yo, tanto la de decirlo como la de no decirlo y pasar la prueba olímpicamente.

Es cierto que me han contado muchas veces sobre las primeras citas, suelen tener unos cuantos encuentros con alguien concreto, que validan ese sentirse a gusto con esa persona, después de descartar a los no válidos. Y llega el día en que me dicen “creo que con este chico va a suceder…”  Empiezan los nervios, las preguntas, las inseguridades… a lo que siempre respondo, cuando han llegado al final del tratamiento “ya no tienes vaginismo”.

Estamos hablando de encontrar nuevas parejas y ya sabemos que, en una aplicación, se intenta causar buena impresión. ¿Y qué es mejor, ser sincera sin temer a las huídas? o ¿empezar de cero?

Algunos chicos han desaparecido después de haberles dicho que habían tenido vaginismo.  Quizás creen que pueden quedar secuelas, como si dijéramos y no tienen ganas de tener posibles problemas.  Muchos de ellos cortaron la relación anterior, precisamente por problemas en el sexo, así que puede ser lógico que teman pasar por algo similar de nuevo. Creo que no se debe juzgar, es su elección.

Respecto a la desaparición del chico creo que una cosa sería decirle “tengo vaginismo” y la otra “he tenido vaginismo y ya estoy dada de alta”.  Algunos se han quedado al lado de la chica con muchas ganas de compartir el éxito. Las chicas a las que han plantado, se sienten muy fracasadas y desilusionadas, sienten que a ellos solo les interesaba el sexo, pero yo siempre les digo que lo más seguro es que ese chico no era el adecuado. Me parecen muy poco conquistadores y sin sentido de la aventura. El principal problema es cómo se siente la chica y lo que va a tardar en reponerse, como para comenzar de nuevo.

Y ahora quiero hablaros de las que optan por no decir nada y lanzarse a la aventura sin paracaídas. Llega ese primer encuentro sexual con penetración y lo superan, es decir, no dicen nada, no les duele, siguen el ritmo del encuentro, aprenden a base de esa primera práctica y la superan en todos los aspectos, incluso en la percepción del chico, que no ha notado nada diferente de los otros encuentros que haya podido tener. Y puede pasar que el chico sí haya notado algo especial y es que los músculos de la vagina están fuertes, trabajados, siendo una experiencia para él, única y muy gratificante. ¡Qué maravilla! ¿verdad? Cuando me lo cuentan intento que se den cuenta de la gran ventaja que tienen. Son capaces de ceñirse al pene del chico, con fuerza.

Una paciente que fue protagonista de una historia similar, estaba preocupada por esa percepción de chico y obviamente le dije que era genial, que disfrutara de ello, pero en su mente mariposeaba el vaginismo y creía que eso era negativo, así que un día cuando ya llevaban tiempo de relaciones, él le dijo “ya te has cerrado”, me llamó muy preocupada. “¿Qué pasa?” “lo nota estrecho”. Y yo le contesté “es genial que lo note estrecho, cuantos quisieran sentir esa sensación.  Le puedes decir que lo ideal es estar muy excitados antes de la penetración, que seguramente era como pasó los primeros encuentros y ahora ya es más corto el preliminar ¿verdad?, se va más rápido, ya hay confianza.

Pero la clave está en que ya basta de querer complacer y sentirse culpable por todo. ¿Qué te gusta a ti? ¿Has pensado que eso es lo que le va a dar mayor placer a él? Precisamente que tú sientas placer.  Piensa en ti, descubre lo que te gusta y díselo, exígelo. Eso es lo que a él le va a llevar a sentir placer.  A los hombres les gustan las mujeres que piden placer, así que para de pensar en cómo le haces feliz y descubre tu propio placer.

En este caso del que os he hablado, una mujer exvaginista, le regaló a su chico una vagina fuerte, capaz de contraerse y relajarse, con resultados de movimientos hábiles y capaces de proporcionar el máximo placer en una penetración.

No necesitas agradar… necesitas que te agraden y solo así llegarás a practicar una buena relación sexual.  Disfruta de tu nueva faceta, aprendiendo sobre todo de ti.