Muchas de vosotras habéis experimentado lo que os voy a decir hoy por aquí. Imaginaros que comenzáis el entrenamiento con muchas ganas, mucha ilusión y gran entusiasmo, haciendo los deberes cada día, convirtiendo ese ritual en una prioridad, sin saltarlo ni un solo día. Este protocolo, este hábito, os lleva a ganar tanto confianza en vosotras mismas, como a conseguir avances, incluso nunca antes imaginados. Cuando comenzamos un reto y conseguimos afianzar el hábito, en ese momento, nada nos puede hacer parar, ya que la motivación es tan alta, que seguimos de una manera imparable. Porque en realidad, el éxito radica en tener una buena guía y trabajar cada día, pero con esa ilusión que arranca los motores, sin dilación. Cuando me preguntan, cual es el secreto para conseguir el objetivo, siempre respondo lo mismo: Información sobre que lo que vas a hacer te va a llevar al éxito, es decir, certeza absoluta en tu inversión económica y sobre todo de tu tiempo. En segundo lugar, estaría el trabajo diario, que evidentemente va a depender de tu capacidad de disciplina, de tu fortaleza emocional y de tu decisión para llegar a tu objetivo.  Aquí es importante la presión, que en muchas ocasiones consigue acelerar el proceso, como sería el deseo de ser madre, de consolidar una pareja o de quererse hacer una revisión ginecológica, sobre todo. 

Cuando toda esta trama se está produciendo, es decir, las ganas y el trabajo personal motivado por los avances visibles, es desolador cuando hay que parar por algún hecho inesperado y es aquí donde vamos a detenernos para estudiarlos y poder sacar partido de las soluciones.

.- Menstruación.  La menstruación en según qué mujeres, puede ser un freno antes, mientras y después, al interferir en la comodidad del tratamiento. Muchas pacientes me refieren que hace unos días que no pueden ponerse el mismo dilatador, sin molestias.  Se desesperan, no saben qué sucede y se sienten muy vulnerables, con miedo a estar retrocediendo. Hay que tener calma, serenidad y sentido de la globalidad del tratamiento, de lo conseguido hasta entonces. Recomiendo parar, en cuanto a la inserción de los dilatadores, si eso supone una gran molestia. Pero si solo es un pequeño retroceso respecto al día anterior, aconsejaría intentar ir hasta donde se sienta una cómoda, sin pedirse resultados como los de ayer. Pero nunca dejemos de hacer el masaje con ese mágico aceite hidratante, en la entrada de la vagina, salvo el primer y segundo día, si la menstruación es muy abundante.   Algo que también nos va a ayudar será anotar, cada mes, los cambios que se producen en el tratamiento, esos días alrededor de la regla. Lo importante es normalizar algo que no significa un retroceso, sino un entreparéntesis en nuestro tratamiento. Normaliza tu regla y lo que conlleva, celebrando que eres mujer y que tienes unos ciclos únicos y maravillosos. No caigas nunca en ese peldaño que se queja de ser mujer, por los cambios que se experimentan y esas molestias que en ocasiones aparecen.  Mucho más importante es lo que quieren decir que no lo que manifiestan.

.- Infección de orina. Puede suceder en ocasiones, que aparezca la molesta infección de orina, con esos síntomas conocidos o no, pero que siempre resultan incómodos.  Si nunca se ha tenido antes, lo más relevante es la sensación de ardor al orinar y la frecuencia.  También puede aparecer sangre en la orina y un dolor importante que aparece a mitad de la micción, hasta el final de la misma.  Las que ya han tenido más de una, la reconocen en el acto y empiezan con las acciones conocidas, como puede ser beber mucha agua, tomar antibiótico, si son muy expertas o ir a urgencias.  Lo que recomiendo es que antes de acudir al médico, se reserve parte de la micción para que se pueda hacer un cultivo y saber a qué obedece.  Los antibióticos más generales suelen ir bien, pero si sabemos el origen, podremos ir más encaminadas. Cabe resaltar que puede suceder que, a los quince días, se repita la infección, que en realidad no sería una nueva, sino la misma, de la que ha quedado una cepa y se ha vuelto a desarrollar. Algo que también deberíamos hacer de manera protocolaria, sería la de tomar probióticos un par de meses para cerciorarnos de que no vuelva a aparecer. Es muy frecuente que las pacientes me pregunten si el tratamiento las ha llevado a tener esa infección. No se puede ni afirmar, ni negar, lo que sí es indiscutible es que hay que proseguir para solucionar el vaginismo, previniendo, eso sí, una posible infección. Así pues, puedes tener una infección de orina mientras realizas el tratamiento para el vaginismo y vas a tener que acomodarte a los síntomas y a las molestias que interfieran, en tu día a día.  En un par de días, remitirán los síntomas y podrás reanudar tus ejercicios de todo tipo, para avanzar hacia tu recta final.  No te deprimas, no te desesperes, es pasajero.

.- Cándidas.  Pueden estar ligadas o no al tratamiento.  Los síntomas, aunque no siempre coinciden, pueden ser de ardor, picor e incomodidad vaginal, acompañado generalmente de flujo parecido al yogur.  A veces aparecen después de una infección de orina o en el verano con los bañadores húmedos.  Las mujeres tienen muchas paranoias con las cándidas repetitivas e incluso temen ponerse hidratantes o manipular su vulva, por el miedo a que repitan. Tienen muchos escrúpulos con la higiene y huyen de la penetración por miedo a volver a tener cándidas. Si se tienen durante el tratamiento del vaginismo, nos tocará tratarlas y esperar a que hayan remitido, para reanudar ejercicios y entrenamiento.  No pasa nada por parar unos días, no supone un retroceso.  Vale la pena sentirse bien y sin cargas mentales, volver a estar avanzando.  También será importante tomar probióticos para bajar las posibilidades de la repetición.  Lo que sí será importante, es no dejar de hacerse el masaje y de hidratar la entrada de la vagina.

.-No llega el material.  Esto puede suceder al principio del tratamiento, que estemos esperando los dilatadores y el vibrador y aún no los tenemos. En estos casos, nuestro dedo y un aceite, puede hacer milagros en cuanto a dilatación y a desensibilización.  Hay que empezar a trabajar poniendo un gran empeño en cada movimiento y teniendo una gran disciplina diaria, mientras esperamos el material.  Cuando llegue, ya tendremos mucho camino recorrido.  No tiene que ser un impedimento el hecho de no contar con todo el material, y si tanto nos inquieta, podemos hacer los dilatadores caseros (con velas, con hortalizas o con elementos que se semejen a los dilatadores) O puede suceder cuando estamos esperando un dilatador XXL, porque hemos decidido que nos va a ser útil.

.-Falta de privacidad ocasional.  Suelo escuchar o leer que se ha parado un tratamiento por falta de privacidad. Vacaciones en casa de la familia, o con habitaciones compartidas, o en viajes donde la falta de higiene pone en peligro el tratamiento.  Siempre digo, que simplemente hay que reducir los ejercicios a aquellos básicos, que no nos supongan angustia y que nos permitan proseguir de manera mínima, pero disciplinada, con nuestro tratamiento.  Un masaje en la entrada de la vagina en la ducha, unos cuantos ejercicios de kegel al día o simplemente dirigir nuestro foco de atención a la tensión que podamos tener en la entrada de la vagina e intentar relajar.

Recuerda que si la boca sonríe, la vagina también.