Esta afección ha existido desde siempre, pero se ha mantenido tan en silencio, que ha pasado desapercibida para la mayoría de la población y en cambio, para las mujeres que la han sufrido, ha sido como un lastre del todo aplastante.

La mayoría de la población, hasta hace pocos años y quizás aún ahora, desconoce qué es el vaginismo.  En cambio, nos podemos encontrar con gente que, por diferentes motivos, sepa qué es. Puede ser que lo hayan escuchado en diferentes medios de comunicación y les haya sorprendido de tal forma, que se hayan interesado. O puede ser que hayan conocido a una mujer con vaginismo, así que, si es un hombre y lo ha vivido de cerca, ha sufrido los inconvenientes que ello acarrea. A mi alrededor, cuando lo comento, siempre me dicen que nunca han conocido a nadie con vaginismo, incluso gente joven que frecuenta muchos ambientes. Pero no hace muchos días, una chica que había comenzado a conocer a un chico por una aplicación, a su segunda cita le contó que tenía este problema y cual sería su sorpresa, que él le dijo que su última relación durante seis años, había sido con una chica con el mismo problema. Le confesó que no se sentía con ánimos, para volver a pasar por la misa situación.  ¡Vaya casualidad!  Indudablemente es un panorama que, si no se ha sabido tratar, da lugar a malestar y mucho cansancio al final. Va desgastando la relación, porque si es bien cierto que no todo radica en la penetración, el hecho de saber que hay algo que no se puede hacer, limita mucho.

¿Qué recomendaciones le daría a ese chico, ante una mujer con vaginismo? Creo que, más que recomendaciones serían reflexiones lo que le propondría, ya que las situaciones no siempre son todas iguales, ni las personas tampoco. Aunque, de todos modos, después de conocer a muchas parejas afectadas de vaginismo, me atrevo a recomendar algunas acciones o comportamientos, para ayudar sobre todo a la mujer y desde luego, a ambos.

No es lo mismo ser una pareja consolidada, que haber iniciado la relación hace poco tiempo.  En el primer caso, vamos a repasar algunas cosas

1.- Ante todo, debe informarse sobre el vaginismo.  Leer todo lo referente a la afección, buscar webs, escuchar podcasts y testimonios que le ayuden a entender qué es, cómo se puede tratar, el tanto por ciento de curación y, sobre todo, hablar mucho con la pareja, sobre el tema.  Si al principio, desconociendo la afección, se hubiera obrado de manera impulsiva en alguna ocasión, es decir culpabilizando a la mujer de no haber hecho lo necesario o lo suficiente para remontarlo, ahora sí que la actitud debería ser del todo comprensiva y de apoyo. No es su culpa y ella siempre quiso solucionarlo, pero no encontró la manera.

2.- Primero de todo, que sepa que se puede solucionar, así que, si le interesa la relación, debe saber que el final de la situación está próximo. Esto es muy importante, ya que no es lo mismo ver una gran montaña desde abajo, que desde arriba y mirar hacia abajo, es decir “de la cima al valle” en vez “del valle a la cima”.  Si miramos desde abajo solo podemos pensar que está tan alto que nunca vamos a llegar, en cambio, si nos imaginamos que estamos ya arriba, miramos hacia abajo y vemos lo que hemos hecho para llegar allí, resulta muy fácil verlo así.  Todos los testimonios de procesos superados confirman que es fácil solucionarlo, solo se necesita una guía que nos acompañe.

3.- Debería implicarse en el tratamiento, de tal forma que, aunque sea respetando el carácter y el espacio de la chica, se ofrezca a trabajar en algunas sesiones con ella.  Puede hacerle el masaje o introducir algún dilatador, siempre que sea muy suavemente y con su permiso. Este acto, les va a ayudar mucho a ambos.  Él podrá comprobar las dificultades y también los progresos de su pareja. Y ella se enriquecerá en cuanto a sensaciones y a confianza, abandonando el control. Es importante aceptar que otra persona toque la entrada de la vagina y haga masaje.  Es un plus en el tratamiento.

4.- Como va a ser el primero en enterarse de cada meta superada, el hecho de premiarla a ella, ya sea con un regalo material, con una frase de felicitaciones, o con cualquier detalle que la vaya a animar a seguir hacia su objetivo, va a ser de gran refuerzo en el tratamiento.  La motivación aumentará en la pareja y ella trabajará con más fuerzas.

5.- La puede acompañar a alguna sesión presencial (si esa es la modalidad) siempre que ella lo desee y que los horarios se lo permitan.  Los hay que simplemente se quedan en la sala de espera, pero están allí al entrar y al salir, escuchando todo lo que ella les cuente sobre el tratamiento. Y los hay que entran en la sesión, quedándose al lado en el despacho, de manera que en cualquier momento pueden estar presentes o directamente se sitúan junto a la chica. También en las sesiones online, pueden estar juntos.

6.- Intentar tener un comportamiento siempre positivo, es decir tanto en la alegría como en la tristeza, de la misma manera cuando la pareja está feliz porque progresa en el tratamiento, como en los momentos más difíciles, cuando un reto es algo más difícil de conseguir.  Ha de tener paciencia en los altibajos, remarcando siempre los éxitos conseguidos. “Mira lo que has conseguido desde el primer día del tratamiento”

7.- Puede hacer visualizaciones con ella. Una de las maneras de generar motivación en cualquier proceso de superación, es visualizar el éxito final, en este caso la penetración.  Pueden juntos visualizar cómo será ese momento, con todo tipo de detalles, como la ropa o la desnudez, el lugar, la hora, la temperatura, los olores, cómo serán los momentos antes, la postura en la que sucederá, etc. etc.  Si lo que a ella le preocupa también es hacerse una revisión ginecológica, por su seguridad, se puede también visualizar como un momento de paz y tranquilidad, sin nervios, sabiendo que todo irá bien.

8.- Concertar una sesión con la terapeuta, para resolver dudas que pueda tener.  Muchas veces la soledad ante algo desconocido, hace dudar sobre la manera de comportarse, de reaccionar ante situaciones importantes.  Poder consultar las dudas, asegura que el acompañamiento sea del todo eficaz.  Puede pasar que el hombre sea tímido y que le cueste dar este paso, pero el beneficio puede ser tan importante, que merece la pena remontar esa sensación.

9.- Es importante no culpabilizar, ser del todo comprensivo, pero nunca dando la sensación de “no pasa nada, no me importa” Muchas mujeres confiesan que a sus parejas no les importa que tengan vaginismo, que son muy buenos y comprensivos, que se han acostumbrado y que nunca les piden nada más.  Esa postura tampoco es del todo buena.  No digo que haya que ejercer presión, pero sí que se podría dejar entrever lo bien que estarán juntos cuando todo esté solucionado, proponiendo su ayuda para ir en pareja hacia el objetivo.

10.- Siempre he creído que hacer una evaluación del tratamiento, en pareja, una vez a la semana, puede ser muy bueno, para la relación y para el objetivo.  “Vamos a repasar qué ha pasado esta semana”

Si la relación está en un inicio, puede ser que la pareja se entere porqué la mujer se lo dice al poco de conocerse, o bien porque llegado cierto punto de intimidad, ella frene el momento y acabe sabiendo sus miedos.  Miedo a no poder tener penetración o miedo a que él la deje cuando lo sepa. A este hombre le remito al primer punto de estos diez mandamientos, es decir que, si le interesa de verdad la chica, sepa que conseguir solucionar el vaginismo, es muy fácil. Además, que se puede tener una buena sexualidad sin penetración, que será muy corto el tiempo para vencer esa situación inicial y que es una buena manera de acompañar a una persona en un proceso para conocerla mejor y de crear un fuerte vínculo. Imaginemos que sea él quien tiene un problema sexual, como una disfunción eréctil o eyaculación precoz. Seguro que agradecería que la nueva pareja, confiara en él y le ayudara a superarlo.

Hoy por ti, mañana por mí.  Gran frase llena de generosidad y empatía