Victoria
28 años, con novio desde hacía 5 años.
Entró en mi consulta una chica guapísima, de larga melena negra y minifalda atractiva. Estaba en su cuarto año de MIR y me comentó que su novio era médico también.
Su problema no lo había comentado con nadie, ni con su familia ni con las amigas. Tampoco quiso nunca seguir un tratamiento psicológico. Vino con muchas ganas de luchar y salir victoriosa.
En siete sesiones solucionamos su afectación. Bueno, en realidad fueron 6 porqué a la séptima me dijo:
– He seguido tus recomendaciones con alguna variación, ¡y quiero decirte que el domingo tuve mi primer coito completo con mi chico!
Conversamos mucho durante la sesión. Me habló de su carrera, de sus amigos, de sus aficiones, de los miedos acumulados durante los años que estuvo con el peso de su «rareza». Estaba ilusionada por su futuro junto a su novio, trabajando en la especialidad que había escogido. ¡Estaba radiante! Y su pelo, ese día, aún brillaba más.
Al despedirnos me dijo:
– ¿Qué hubiera sido de mi vida si no llego a encontrarte?
– Seguro que con tu fuerza y decisión lo hubieras solucionado – contesté antes del abrazo largo que nos dimos.