“No me cabe hasta el fondo, ya no sé qué hacer. ¿Cómo lo puedo lograr? ¿Qué hago?” Esta es una consulta que recibo muy frecuentemente, siempre con angustia por parte de la paciente, porque piensa que su entrenamiento no está siendo óptimo, que algo falla en su cuerpo. Para ella, el hecho que entre un dilatador de ancho y de largo, supone avanzar y estar cerca del objetivo final. Si algo falla en esa evidencia, la mujer se desanima, insiste y generalmente no consigue que entre ese centímetro o esos dos centímetros finales. Y eso la desalienta muchísimo.
Los dilatadores tienen una medida estándar, dependiendo del kit, que para nada se ciñen a las diferentes longitudes de todas las vaginas del mundo. Los usamos básicamente para dilatar, para seguir la dirección de la vagina, abriendo paso, bien a tamaños mayores o para dar por terminado el tratamiento, habiendo conseguido la apertura que se necesita para poder tener revisiones ginecológicas, inseminaciones o coitos.
La vagina tiene una longitud que varía de 9 a 12 centímetros (según raza y genotipo) en las mujeres adultas y puede hacerse más grande o más pequeña, debido a sus músculos y a su capacidad de elasticidad. Durante la excitación sexual puede dilatarse 3 ó 4 cms más. Con esta realidad podemos hacer conjeturas respecto a qué tamaño de lo que sea, nos puede caber en la vagina.
Hay una serie de observaciones que debemos tener en cuenta:
.-La talla de la mujer (altura y peso). Las medidas suelen estar relacionadas con el tamaño global. Una mujer, menuda y de poco peso, va a tener una vagina proporcionada. Ello no quiere decir que no pueda conseguir la suficiente dilatación para los retos que se haya planteado, pero sí que lo va a tener en cuenta, a la hora de exigirse resultados en el entrenamiento.
.-La falta de excitación que suele haber en un entrenamiento diario de vaginismo, puede también mermar longitud y diámetro. Hay bastantes pacientes que me revelan que, si no están excitadas, no pueden introducirse los dilatadores.
.-Las contracturas vaginales requieren un entreno diario, no forzado, pero sin pausa. Es decir que, de una manera progresiva, vamos a conseguir una apertura vaginal gradual, hasta el final. Con ello quiero decir que no se consiguen resultados en una semana o en dos meses, solo trabajando solo una vez por semana.
.- El tamaño de nuestros dilatadores puede crearnos falsas impresiones. Quiero decir que, si mi último dilatador es mayor que cualquier otro de un kit diferente, no tiene por qué preocuparme que no entre hasta el fondo.
.- La textura de los dilatadores puede influir en la total inserción o incluso en el deslizamiento. Hay mujeres que toleran mucho mejor la textura de pyrex o de plástico que la silicona, en cambio a otras no parece afectarles. Hay que recordar que los de pyrex pueden calentarse o enfriarse, para según qué situaciones, lo cual puede ser muy efectivo.
.- La forma de los dilatadores puede también influir a la hora de su inserción. Por ejemplo, si su punta es roma o más puntiaguda.
.- La forma y dirección de la vagina va a permitir una mejor adaptación del dilatador en su interior. Muchas veces, cuando se insertan un dilatador, “veo desde fuera” que la posición de la muñeca de la paciente, está muy inclinada hacia abajo y este ángulo no le deja que el dilatador entre fácilmente, por el contrario, ella nota una pared que no es más que una dirección equivocada.
.-Puede suceder que si la hidratación interna no es suficiente, va a costar más acomodar el dilatador en la vagina. A menudo compruebo en la consulta que, tras poner un hidratante interno, el dilatador entra perfectamente o que el masaje intravaginal se vuelve cómodo y fácil.
.-Si se está en el periodo cercano a la menstruación, la inflamación del momento va a frenar la inserción, va a resultar más molesta o incluso va a hacer que no se pueda poner el dilatador que días atrás, sí entraba. Simplemente hay que saberlo y esperar a que pasen esos días.
Por todas esas razones puede ser que un dilatador no entre hasta el fondo y no pasa nada. Lo importante es que entre de ancho y que prácticamente se pueda insertar con relativa facilidad, si ya estamos terminando el tratamiento. Es importante que la actitud sea siempre positiva. Si hoy me resulta más difícil, mañana estará mejor. Si creo que estoy atascada, reviso la dedicación, el sistema y cualquier cosa que pueda ser significativa para poder avanzar. Debo recordar los dilatadores intermedios que suelen ser una medida magnífica para conseguir el de mayor tamaño. Mi lema será “todo suma y todo resta”. Todo es importante en el tratamiento, desde el simple Kegel al vibrador. Pero lo más importante en el tratamiento eres tú, con tu disciplina, tu seguridad y tu motivación.
Si un dilatador de tamaño grande no entra hasta el final en tu vagina, no quiere decir que tengas que conseguirlo de la manera que sea, puedes pasar al siguiente para empezar el proceso de dilatación progresiva, como has estado haciendo durante todo el tratamiento. Y si ya estás en el último y sucede lo mismo, así está bien. Disfruta de tu tratamiento con resultados tan merecidos.
Estoy en el tercero, llevo más de 8 meses que solo entra la punta. El grosor no deja. Como tengo histerectomía radical me preocupa que me hayan dejado la vagina pequeña.
La médica dice que no hay problema, pero lo hago sin miedo, y para disfrutar, y no veo resultados
Qué importante es resolver este tipo de dudas para poder seguir el tratamiento correctamente y tener unos resultados satisfactorios. También creo que es muy importante conocerse para saber dónde está nuestro límite y cómo funciona nuestro cuerpo. Totalmente de acuerdo con lo que dices de que si hoy, por ejemplo, tenemos algún problema, mañana será otro día y estará mejor. En definitiva, muy buen artículo, completamente necesario.