¿A qué edad pueden las chicas someterse a una revisión ginecológica?
No hay una edad establecida para hacerse la primera revisión ginecológica, aunque se recomienda que sea antes de iniciar las relaciones sexuales, que suelen ser durante la adolescencia, tras la primera regla, entre las edades de los 11 a los 15años. En esta primera visita, se la informa sobre cómo evitar embarazo s no deseados y prevenir las enfermedades de transmisión sexual. En esta consulta se pueden aclarar dudas sobre la menstruación, en cuanto a los trastornos menstruales, el dolor menstrual o la ausencia de menstruación. Otros motivos de consulta pueden ser los nódulos mamarios, infecciones vulvovaginales, métodos anticonceptivos y otros.
En la primera revisión ginecológica, se elabora la historia clínica, es decir que se le pregunta sobre antecedentes médicos, alergias y datos ginecológicos, como cuando tuvo la primera regla, tipo de sangrado, presencia de dolor y relaciones sexuales si se ha mantenido. En la exploración, se valoran la vulva y las mamas para descartar bultos anómalos. Si la paciente ya ha tenido relaciones sexuales, se procede a la exploración del tracto vaginal, para evaluar el útero y los ovarios. Se puede proceder a estudios complementarios, como la ecografía vaginal. Respecto a la citología, se recomienda a partir de los 25 años. Los controles ginecológicos se recomiendan hacerlos una vez al año, para detectar lo más pronto posible, cualquier problema del aparato reproductor, para poderse tratar lo más pronto posible.
La primera revisión ginecológica, si no hay consultas puntuales, tiene como objetivo principalmente, prevenir trastornos ginecológicos, informar sobre enfermedades de transmisión sexual embarazos no deseados. Y hoy en día, ante una medicina integral, ayudar a crear buenos hábitos de salud, que perduren en todas las etapas de la mujer.
Existen otros motivos por los que ir al ginecólogo en la adolescencia, como son: El sangrado menstrual abundante, que en ocasiones puede causar anemia. El dolor durante las relaciones sexuales, ya que no es normal sentir dolor y puede ser debido a diferentes afecciones, que hay que evaluar. El mal olor, que puede ser debido a infecciones de hongos u otras enfermedades. Una pubertad adelantada o retrasada. Hirsutismo, o crecimiento de vello excesivo cara, areola mamaria ,íngles, muslos o espalda.
Pero estamos hablando de chicas a las que sus madres acompañan al médico, de esas adolescentes que confían en la relación y permiten el acompañamiento. En este contexto es fácil acudir a una revisión, sentirse cuidada y establecer un vínculo con los profesionales de la salud, para convertirlos en buenos hábitos de salud. Y en cambio hay otras adolescentes que no se encuentran en esta situación, que no tienen buena comunicación con su madre, que no hablan si hay algún problema, con lo cual les es difícil solucionarlo, y se dedican a consultar internet o a hablar, como mucho, con las amigas. Y dentro de estos casos están las chicas que han descubierto que tienen vaginismo, que no se pueden poner un tampón o que no pueden mantener relaciones sexuales.
Recibo, por correo o Instagram, un buen número de consultas de chicas de 15, 16 y 17 años, con supuestos vaginismos. Detrás de esas suposiciones, han estado muchas horas de búsqueda en las redes, de pruebas para ver si lo solucionaban solas. Y ahí aparece la angustia de no querer explicarlo en casa y, sin embargo, de necesitar a un adulto para ir a una consulta, incluso económicamente. A nivel legal encontramos alguna controversia, existen textos que dicen que a los 16 años ya se tiene la mayoría de edad sanitaria, según la ley de Autonomías que “cuando se trate de menores emancipados o mayores de 16 años no cabe prestar el consentimiento con representación.”