Cuando se tienen el primer coito, no se piensa qué postura utilizar para que vaya mejor ¿verdad?  Se fluye en cuanto a las posiciones, invaden las emociones y a lo mejor se está tan excitada (y excitado) que no se sabe realmente cómo sucedió. Seguramente, resulta difícil describir los detalles que podrían explicar cómo entró el pene en la vagina, qué postura se estaba practicando y si hubo alguna pequeña molestia, aunque a veces si que se recuerda dolor.  Pero no se piensa a priori en la postura idónea.

Cuando una mujer con vaginismo llega al final del tratamiento, quiere saber qué postura utilizar su primera vez. Hablamos en esa última sesión, de este tema, que les preocupa mucho.¿Te imaginas que te dan el pistoletazo de partida? Primero se emocionan y después pueden aparecer dudas sobre si se va a ser capaz, si va a ser un éxito, para poder escribir el mail “Pilar… ¡conseguido!” o se va a fracasar. En realidad lo que más preocupa es si se podrá tener la penetración sin dolor y quieren estar seguras de cual va a ser la mejor postura.

Las recomendaciones por parte de la terapeuta van siempre destinadas a que la mujer recién dada de alta, con la dilatación y desensibilización oportunas,  tome el control, por ejemplo poniéndose encima.  Es fácil, si hay una buena erección por parte del hombre, que se produzca la penetración sin problemas y el mail resultante sea “Pilar… lo hemos conseguido!!! ¡No he sentido ningún dolor!!!”

No todos los cuerpos son iguales. Si pensamos  además que hablamos  de dos personas, sumaremos las dimensiones del pene, a la hora de poder definir qué postura es la mejor. Cuando el miembro masculino tiene unas dimensiones mayores, diríamos de la “normalidad”, la solución es dilatar la entrada de la vagina con algún dilatador o similar, de tamaño superior a los estándar. He tenido algunas pacientes con estas características y no han tenido ningún problema, si antes han dilatado algo más la entrada de su vagina.

Pero hablemos de posturas… Ya he comentado que en términos estadísticos efectivos, la mejor es la de la mujer encima, siempre que haya una buena erección.  Ella va a coger el pene con su mano, lo va a dirigir a la entrada de la vagina, y lo va a ir introduciendo con suaves movimientos de bajada de su pelvis.  Mis recomendaciones son, hacerlo de manera que los movimientos sean dirigidos a los cuatro puntos cardinales, arriba, abajo, izquierda y derecha, con movimientos circulares después y hundiendo el pene en la vagina, en el momento final.

En ocasiones, alguna paciente me ha dicho que no se ha sentido bien estando encima de su pareja.  En este caso, algunas han encontrado la solución estando debajo y abriendo mucho las piernas (no me gusta demasiado la etiqueta del misionero) y si eso funciona … perfecto!!!

Si investigamos las mejores posturas, las preferidas por el goce que proporcionan tanto a ellas como a ellos, no nos van a servir con las mujeres que tuvieron vaginismo. Estas mujeres, una vez dadas de alta, necesitan:

  -Confianza

  -Facilidad

  -Control

Esto es lo que he aprendido, a lo largo de mis años dedicados al vaginismo.

La confianza se la van a dar los resultados de la última sesión del tratamiento: máximo confort en el masaje dilatador de la terapeuta, comodidad al introducir el dilatador mayor y una buena medida de dilatación obtenida con aparatología. Todo esto va a favor de las mujeres con vaginismo para un primer encuentro, algo que no tienen las otras.

La facilidad se refiere a iniciarse con una postura cómoda. Ello va a depender de algunos matices relativos, como la forma de los cuerpos, el tamaños del pene, la apertura mental sobre la sexualidad , la confianza con la pareja, la propia excitación y si se está en un entorno de seguridad o de aceptación de la situación.  También va a influir si la pareja es ocasional o habitual.

El control lo entendemos como aquella situación en que, la mujer que sufrió antes vaginismo, tiene la seguridad de que su pareja no va a tomar ninguna iniciativa desconocida para ella, muy al contrario, que ella va a dirigir cualquier movimiento, o incluso parar si no se siente preparada para continuar.

– Los dos de lado, él detrás, encoges las piernas en posición fetal para que se abra mejor la vagina.  Es una postura para encuentros largos y relajados, ya que no cansa en absoluto.

 – Ponte encima, elévate hasta coger el pene con comodidad y busca la entrada de tu vagina. Haz pequeños círculos con el prepucio y excítate, mientras tu pelvis baja para acoger el pene.  Es una postura donde tu controlas todo lo que sucede.

 – Sitúate en el borde la cama, con los pies apoyados en el suelo.  Cuando él se acerque, levanta las piernas y apóyalas en sus hombros. Esta postura tiene muy buenos resultados, es decir que triunfa cuando las otras no han sido del todo efectivas.

Pero, la mejor ayuda para el primer coito, es estar lo suficientemente excitada, motivada y confiada, para que la lubricación natural facilite la entrada y el movimiento.   Sobre todo disfruta de esta nueva etapa, sin temores, poniendo ilusión en el proceso, no en el final. ¡Tienes todo la vida para seguir aprendiendo! La sexualidad se entrena, no lo olvides!!!!!